Dios juzga a los jueces.—Dios convoca a los gobernantes del mundo, llamados «dioses» del mundo, es decir a los que, teniendo autoridad sobre las naciones, comparten la tarea del Juez Supremo y deben hacerlo en nombre de Dios. Dios recuerda los derechos sagrados del pueblo. Los gobernantes también son mortales y rendirán cuentas.
1 Se ha puesto Dios de pie en la asamblea divina
para dictar sentencia en medio de los dioses:
2 «¿Hasta cuándo juzgarán inicuamente
y tendrán miramientos con los malos?
3 Denle el favor al débil y al huérfano,
hagan justicia al que sufre y al pobre;
4 si los ven tan débiles e indigentes,
sálvenlos de la mano de los impíos».
5 Esta gente no sabe ni comprende,
no dan más que vueltas en sus tinieblas,
y las bases de la tierra se conmueven.
6 Había dicho: «Ustedes serán dioses,
serán todos hijos del Altísimo».
7 Pero ahora como hombres morirán
y como seres de carne caerán».
8 Oh Dios, ponte de pie, juzga la tierra,
pues tú dominas todas las naciones.