El Señor reina vestido de grandeza.—Dios, el creador del Universo, es dueño de él. Dios reina en la persona de Cristo resucitado que ya está dirigiendo las fuerzas de la historia.
1 Reina el Señor, vestido de grandeza,
el Señor se revistió de poder,
lo ciñó a su cintura,
el mundo está ahora firme e inamovible.
2 Tu trono está erigido desde siempre,
pues tú eres, Señor, desde la eternidad.
3 Los ríos levantan, Señor,
los ríos levantan su voz,
los ríos levantan su fragor.
4 Pero más que el fragor de las aguas,
más grandioso que el oleaje de la mar
es el Señor, grandioso en las alturas.
5 Nada hay más seguro que tus palabras,
tu casa es el lugar de la santidad,
oh Señor, día tras día y para siempre.