Tu mano lo hace todo bien por mí.—Oración para los momentos en que estamos contentos con Dios y en que quisiéramos que el cielo y la tierra se asociaran a nuestra alegría y a nuestra acción de gracias.
1 Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
pues oíste las palabras de mi boca.
Canto para ti en presencia de los ángeles,
2 y me postro ante tu Templo santo.
Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad,
pues tu palabra ha superado tu renombre.
3 El día en que clamé, me respondiste
y aumentaste la fuerza en mi alma.
4 Te darán gracias, Señor,
todos los reyes de la tierra,
cuando oigan las palabras de tu boca,
5 celebrarán los caminos del Señor:
«¡Es muy grande la gloria del Señor!»
6 Desde arriba el Señor ve a los humildes
y de lejos distingue al orgulloso.
7 Si en medio de angustias caminare,
tú me harías vivir;
con tu mano paras al enemigo
y tu diestra me salva.
8 El Señor lo hará todo por mí,
Señor, tu amor perdura para siempre,
no abandones la obra de tus manos.