Juan “el Profeta” –tal vez el mismo que escribió el Evangelio– fue deportado a la isla de Patmos a causa de su fe. Desde ese lugar nos legó este Apocalipsis de Jesucristo. Cielos abiertos, ángeles y catástrofes, corrupción de los satisfechos y sangre de los mártires: el juicio de Dios atraviesa toda nuestra historia. La gloria de Dios está a nuestro lado, detrás de la cortina, y todo desemboca en la ciudad celestial.
¿Por qué el Apocalipsis tiene ahora reputación de ser un libro misterioso y difícil de entender, y para muchos Apocalipsis tiene sentido de terrorífico? ¿Acaso será porque algunos buscan en él mensajes secretos que podrían referirse a nuestro tiempo?
Para poder entender el Apocalipsis de Juan, debemos saber que la «apocalipsis» era una forma de literatura muy de moda en la época de Jesús. Era un arte de escribir con imágenes grandiosas, visiones y ángeles sobre acontecimientos contemporáneos: véase al respecto la Introducción a Daniel.
Al escribir este libro, que nos ayudaría a entender mejor lo que sucede a nuestro alrededor y a cumplir con más empeño nuestra misión de cristianos, Juan expresó lo que el Señor le había enseñado por la experiencia o mediante sus dones de profeta, pero utilizó conscientemente el estilo y las fórmulas habituales de la literatura apocalíptica. Pintó con imágenes fantásticas los acontecimientos que presenciaba, el Evangelio llevado a las naciones, la Iglesia combatida y los primeros mártires. Y sus visiones hoy indican cuál es la trama y cuáles los verdaderos actores de la historia presente.
El “Apocalipsis de Jesucristo” no es ni difícil ni terrorífico sino lleno de alegría y de esperanza. Cristo resucitado es el centro de la historia; el mundo es el escenario de la lucha entre la Iglesia, encabezada por Cristo, y las fuerzas del demonio; los cristianos son llamados a dar valientemente su testimonio.
Se pueden reconocer en el Apocalipsis siete series de siete elementos cada una, distribuidas en cuatro grandes partes:
— Los siete mensajes a las Iglesias, cap. 1-3.
— Balance del Antiguo Testamento, cap. 4-9.
— La Iglesia se enfrenta con el imperio romano, cap. 13,1 – 19,6.
— Los últimos tiempos y la Jerusalén celestial, cap. 20-22.
En el centro del libro, los tres grandes ejes de la historia cristiana: capítulos 10 – 12.
–- El secreto de Dios revelado, Dios hecho hombre: cap. 10.
–- El Evangelio proclamado: cap. 11.
–- La rebeldía contra el plan de Dios: cap. 12