Génesis (Gén) Capítulo 8
24 Las aguas cubrieron la tierra durante ciento cincuenta días.
1 Y Dios se acordó de Noé y de todos los animales y las fieras salvajes que estaban con él en el arca. Entonces Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron.
2 Entonces se cerraron los manantiales que brotaban del abismo, como también las compuertas del cielo, y la lluvia cesó de caer sobre la tierra.
3 Las aguas iban bajando sobre la tierra, con flujo y reflujo; empezaron a descender después de los ciento cincuenta días.
4 El día diecisiete del séptimo mes, el arca descansó sobre los montes de Ararat.
5 Y las aguas siguieron bajando hasta el mes décimo, hasta que el día primero de ese mes aparecieron las cumbres de los montes.
6 Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca
7 y soltó al cuervo, el cual revoloteaba sobre las aguas, yendo y viniendo, hasta que se evaporaron las aguas de la tierra.
8 Entonces Noé soltó a la paloma, para ver si las aguas se habían retirado de la superficie de la tierra.
9 Pero la paloma no encontró dónde posarse, y volvió al arca, pues todavía las aguas cubrían toda la superficie de la tierra. Noé extendió su brazo, tomó a la paloma y la introdujo en el arca.
10 Esperó siete días más y de nuevo soltó a la paloma fuera del arca.
11 La paloma regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo.
11 Entonces Noé se dio cuenta que las aguas se habían retirado de la superficie de la tierra.
12 Todavía esperó otros siete días más y soltó a la paloma, que ya no regresó más al arca.
13 El año seiscientos uno de la vida de Noé, en el primer día del primer mes, las aguas desaparecieron de la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró fuera, y vio que la superficie de la tierra estaba seca.
14 El día ventisiete del segundo mes, la tierra estaba ya seca.
15 Entonces Dios habló de esta manera a Noé:
16 «Sal del arca, tú y tu esposa, tus hijos y tus nueras.
17 Saca también contigo a todos los seres vivientes que tienes dentro de todas las especies: aves, animales, bestias y reptiles que se arrastran por el suelo. Que pululen, llenen la tierra y se multipliquen.»
18 Salió, pues, Noé y con él sus hijos, su esposa y sus nueras.
19 Todos los animales salvajes y domésticos, todas las aves y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra, salieron por familias del arca.
20 Noé construyó un altar a Yavé, y tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, los ofreció en sacrificio sobre el altar.
21 Al aspirar el agradable aroma, Yavé decidió: «Nunca más maldeciré la tierra por causa del hombre, pues veo que sus pensamientos están inclinados al mal ya desde la infancia. Nunca más volveré a castigar a todo ser viviente como acabo de hacerlo.
22 Mientras dure la tierra,
22 habrá siembra y cosecha,
22 pues nunca cesarán
22 ni el frío ni el calor,
22 ni el verano ni el invierno
22 ni los días ni las noches.»

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Comentarios Génesis, capítulo 8
8,4

El monte Ararat, una de las cumbres del Cáucaso, llamado también montes del Norte, era considerado como la residencia de los dioses, y según las viejas leyendas, Noé había alcanzado esos lugares. Aquí sin embargo la Biblia lo hace volver a la tierra: su misión de repoblar el mundo no está terminada.
8,20

Nunca más maldeciré la tierra. Los errores y crímenes de los hombres no podrán llevar la historia al caos. No sólo el sol seguirá dando luz y calor y la tierra pan, sino que en cada siglo la humanidad encontrará soluciónes a sus problemas. Dios es un Dios misericordioso y día tras día está a nuestro lado acompañándo como un padre acompaña a sus hijos (Dt 1,31).