Miqueas es exactamente contemporáneo de Isaías y habló respecto a las mismas situaciones. Era de Moreset, pueblo a orillas de la llanura por donde pasaban todos los ejércitos de Asiria o Egipto. Conocía los sufrimientos y destrucciones de la guerra y también la explotación del campesino. Un día Dios lo llamó y le dio «fuerza, justicia y valentía» para que fuera a denunciar los pecados de Israel. Habló en nombre de un Dios a quien nadie amaba y denunció con suma violencia las injusticias que se cometían por todas partes. Como Isaías, al condenar la sociedad en que vivía, anunció la prosperidad que Yavé reservaba a Jerusalén en tiempos futuros.
Algunas de las palabras que Miqueas dirigió al pueblo de Israel, cuya ruina era inminente, fueron más tarde modificadas para adaptarlas a la situación de Jerusalén y del Reino de Judá, cuando éstos pasaron por una crisis semejante.