La Biblia Latinoamericana
作者:神与人
Primera Carta a Timoteo (1Tim)
Introducción Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3
Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6  
Primera Carta a Timoteo (1Tim) Introducción
La elección de los ministros de las comunidades, así como sus deberes, ocupan un lugar importante en los capítulos 3 a 5.
La organización de la Iglesia se apoyaba entonces en dos tipos de ministerios. El primero, del cual Timoteo y Tito son los ejemplos, prolongaba la misión de los apóstoles y gozaba de la autoridad apostólica. Los otros estaban ligados a la comunidad que los había presentado para ejercer su cargo (véase He 6,1-6 y 1Tim 5,22). Ya sea que se llamaran epíscopos (supervisores), presbíteros (ancianos) o diáconos (encargados del servicio), esos ministros, que presidían las asambleas y la Eucaristía, seguían perteneciendo a su familia y a su comunidad.
Tenemos que hacer un esfuerzo para comprender esa complementariedad, habida cuenta de la evolución de la Iglesia latina que unificó en pocos siglos esos ministerios tan diferentes en el marco de un clero jerarquizado. Vemos aquí la primera forma de la organización de la Iglesia, la que tuvo derecho al sello de la inspiración divina. Véanse las notas de Heb 9,1.
La elección de los responsables de las Iglesias no es el único objetivo de esta carta. A lo largo de esas páginas se leerán orientaciones para la vida de las comunidades cristianas que deben aprender a perseverar; se insiste también en la fidelidad a la tradición de los apóstoles.
En el capítulo 2 se leen instrucciones para la asamblea cristiana, de las cuales algunas están muy ligadas a la sociedad de aquel tiempo. Habría por tanto que repensarlas si se quiere que sean Palabra de Dios para el día de hoy.
Primera Carta a Timoteo (1Tim) Capítulo 1
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,
2 a Timoteo, verdadero hijo mío en la fe.
2 Recibe gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
Los falsos maestros
3 Al partir para Macedonia te rogué que te detuvieras en Efeso; debías advertir a algunos que no cambiaran la doctrina
4 ni se metieran en leyendas y recuentos interminables de ángeles. Esas cosas alimentan discusiones, pero no sirven para la obra de Dios, que es cuestión de fe.
5 El fin de nuestra predicación es al amor que procede de una mente limpia, de una conciencia recta y de una fe sincera.
6 Por haberse apartado de esta línea algunos se han enredado en palabrerías inútiles.
7 Pretenden ser maestros de la Ley, cuando en realidad no entienden lo que dicen ni de lo que hablan con tanta seguridad.
8 Ya sabemos que la Ley es buena siempre que tengamos presente su finalidad.
9 La Ley no fue instituida para los justos, sino para la gente sin ley, para los rebeldes, impíos y pecadores, para los irreligiosos y profanadores, para los los parricidas y asesinos;
10 para los libertinos, los que tienen relaciones homosexuales, los traficantes en seres humanos, los mentirosos y los que juran en falso. Habría que añadir todos los demás pecados que van en contra de la sana doctrina,
11 según el Evangelio glorioso del Dios bienaventurado, tal como a mí me fue encargado.
12 Doy gracias al que me da la fuerza, a Cristo Jesús, nuestro Señor, por la confianza que tuvo al llamarme al ministerio.
13 Porque siendo yo en un comienzo un adversario, un perseguidor y un violento, él me perdonó porque obraba de buena fe cuando me negaba a creer,
14 y la gracia de nuestro Señor me invadió, junto con la fe y el amor que está en Cristo Jesús.
15 Esto es muy cierto, y todos lo pueden creer, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales soy yo el primero.
16 Por esa razón fui perdonado, para que en mí se manifestara en primer lugar toda la paciencia de Cristo Jesús, y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él y llegar a la vida eterna.
17 Al Rey de los siglos, al Dios único que vive más allá del tiempo y de lo que se ve, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
18 Al darte estas recomendaciones, Timoteo, hijo mío, pienso en las profecías que fueron pronunciadas sobre ti; que ellas te guíen en el buen combate que debes realizar.
19 Conserva la fe y la buena conciencia, no como algunos que se despreocuparon de ella y naufragaron en la fe.
20 Entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendieran a no enseñar barbaridades.

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Comentarios Primera Carta a Timoteo, capítulo 1
1,3

Este primer capítulo vuelve a referirse a varios puntos que ya habían sido tocados en las cartas de Pablo, y que ya hemos comentado.

Fijémonos en lo que dice respecto de los falsos profetas. Después de la muerte de los apóstoles, testigos de Cristo, algunos se olvidaron de que toda la fe se funda en la enseñanza de Jesús. En vez de leer y de poner en práctica el Evangelio, algunos comenzaban a elaborar teorías filosófico-religiosas; véase la introducción a los Colosenses.

El fin de nuestra predicación es el amor que procede de una mente limpia (5). ¿Comó sería la Iglesia hoy si nos hubiéramos cuidado de tantas discusiones que la debilitaron en vez de hacer crecer el amor?

El centro del párrafo es sin duda el versículo 15: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. Los nuevos maestros se quedan en sus teorías en vez de mirar de frente la realidad del pecado. Y es la realidad de nuestro pecado lo que hace que la gracia de Dios sea una gracia, y nuestra salvación una salvación.
Primera Carta a Timoteo (1Tim) Capítulo 2
1 Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, ora ciones, súplicas y acciones de gracias por todos, sin distinción de personas;
2 por los reyes y todos los gobernantes, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, con toda piedad y dignidad.
3 Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador,
4 pues él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
5 Dios es único, y único también es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús,
6 que en el tiempo fijado dio el testimonio: se entregó para rescatar a todos.
7 Este es el mensaje del que Dios me ha hecho predicador y apóstol —yo no miento y es pura verdad—: enseño a las naciones en forma creíble y sin errores.
8 Quiero, pues, que en todo lugar donde los hombres estén orando levanten al cielo manos limpias de todo enojo y discusión.
9 Asimismo, que las mujeres sepan revestirse de gracia y buen juicio, en vez de adornarse con peinados rebuscados, oro, joyas o vestidos caros.
10 Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que se tienen por piadosas.
11 Que la mujer sea sumisa y aprenda en paz.
12 No permito que la mujer enseñe o mande a los hombres; que se quede tranquila.
13 Miren que Adán fue formado primero y después Eva.
14 Y no fue Adán el que se dejó seducir; la mujer se dejó seducir y luego desobedeció,
15y se salvará por la ma-ternidad...
con tal que ellas perseveren en la fe, el amor y una vida santa, y que sean capaces de moderarse.

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Comentarios Primera Carta a Timoteo, capítulo 2
2,1

Para empezar, lo que se refiere a las reuniones de la comunidad.

Orar sin distinción de personas. El texto dice: “por todas las personas”. Esto es una nove dad si se lo compara con la oración de la si na goga que no era como aquélla una oración universal.

Los cristianos orarán por sus gobernantes. El mundo pagano era religioso, a pesar de sus supersticiones, y la religión impregnaba la vida pública. Eso explica que, algunos años después, los cristianos hayan sido perseguidos como rebeldes y ateos porque no adoraban al emperador ni a sus dioses. La oración está arraigada en la Biblia. Véanse los Salmos 61 y 63.

Una vida religiosa. La palabra que traducimos por religiosa y de donde viene el nombre de Eusebio es bastante característica de las cartas pastorales. En este lugar designa una conducta inspirada por la doctrina de la fe, que no menosprecia los valores humanos reconocidos. Si bien al comienzo Pablo consideraba la vida “justa” como obediencia a las órdenes de Dios, con el tiempo quiso subrayar mejor en la moral cristiana la búsqueda de lo que es noble y grande (Fil 4,8-9).
2,4

Dios quiere que todos se salven. El texto no dice: “Sepan que todos los hombres se salvarán”, sino más bien: “Hagan de tal suerte que todos se salven, como Dios lo quiere, gracias a la fe y a la predicación cristiana”. Dios quiere que todos lleguen al conocimiento de la verdad, y esa verdad es la experiencia cristiana. El evangelio debe ser proclamado a todos y a todas las naciones. Tal vez sea una minoría la que crea, pero eso no impide que dicha evangelización sea necesaria para que la humanidad llegue a la meta que Dios le destina.
2,8

Los versículos 8-15 se refieren a la asamblea cristiana, ya sea para las reuniones oficiales o para las sesiones de catequesis.

Los hombres son los que hacen la oración en alta voz como en las sinagogas. Orar con los brazos en alto y las manos abiertas era una actitud muy común en el mundo griego: que los cristianos no se singularicen.
2,9

No se puede desoír este llamado a rechazar las “vanidades” femeninas del consumismo, que hace de la mujer la punta de lanza de todas las codicias. La carta invita a una pobreza que se nota aun en lo exterior.
2,11

Que la mujer sepa callar. Aquí se trata de reuniones de formación; no es el caso de la “mujer que profetiza” y que anima la oración de la asamblea, lo que Pablo aceptaba en 1Cor 11,1-10, sino de la que discute durante la sesión de catequesis porque, en forma habitual, le gusta mandar al hombre.

Aquí vuelven, igual que en 1Cor 11,8, los argu mentos de la tradición judía que justificaban la sumisión de la mujer. Pablo no dice que la mujer se quede tranquila “porque” Adán fue crea do primero: la preposición griega significa ha bitualmente “miren”, “es un hecho”. Y re cuer da que la mujer tiene sus debilidades: Eva se dejó seducir. Pero inmediatamente quiere restablecer el equilibrio: la mujer introdujo el pecado, pero ella es la que aporta la salvación (Gén 3,15). Pablo siente que su argumentación es débil, corta la frase sin terminar y vuelve de Eva a ellas.

Véanse al respecto 1Cor 11,1; 1Cor 14,34; 1Pe 3,1.

A propósito de esta sumisión exigida a las mujeres, Pablo seguramente tomó posiciones diferentes según los momentos y las circunstancias. Aquí él les pide que conserven en las asambleas de la Iglesia el lugar que les correspondía en la sociedad de su tiempo. A lo mejor la Iglesia no era el lugar donde debían imponerse reglas antidiscriminatorias para cambiar una cultura que discriminaba.
Primera Carta a Timoteo (1Tim) Capítulo 3
Cómo deben ser el obispo y los diáconos
1 Si alguien aspira al cargo de obispo, no hay duda de que ambiciona algo muy eminente.
2 Es necesario, pues, que el obispo sea irreprochable, casado una sola vez, casto, dueño de sí, de buenos modales, que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar.
3 No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del dinero.
4 Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos obedientes y bien criados.
5 Pues si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá guiar a la asamblea de Dios?
6 No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer.
7 Es necesario también que goce de buena fama ante los que no pertenecen a la Iglesia, para que no hablen mal de él y caiga en las redes del diablo.
8 Los diáconos también han de ser respetables y de una sola palabra, moderados en el uso del vino; que no busquen dinero mal ganado y
9 que guarden el misterio de la fe en una conciencia limpia.
10 Primero sean sometidos a prueba y después, si no hubiera nada que reprocharles, sean aceptados como diáconos.
11 Las mujeres igualmente sean respetables, no chismosas, sino serias y dignas de confianza.
12 Los diáconos sean casados una sola vez y gobiernen bien a sus hijos y su propia casa.
13 Los que cumplan bien su oficio se ganarán un lugar de honor, llegando a ser hombres firmes en la fe cristiana.
14 Te doy estas instrucciones con la esperanza de ir pronto a verte.
15 Pero si me demoro, para que sepas cómo debes portarte en la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios vivo, pilar y base de la verdad.
16 Sin lugar a dudas, es grande el misterio de la Bondad:
16 El se ha manifestado en la carne;
16 rehabilitado por el Espíritu,
16 ha sido presentado a los ángeles.
16 Proclamado a todas las naciones
16 y creído en el mundo,
16 ya fue elevado y glorificado.

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Comentarios Primera Carta a Timoteo, capítulo 3
3,1

Aquí se trata de los responsables, obispos y diáconos (véase en Tito 1,6 y Fil 1,1).
3,14

Este corto párrafo nos recuerda que, si bien somos responsables de la Iglesia de Cristo, no somos fundadores ni dueños de ella. La Iglesia nació de una intervención misericordiosa de Dios, cuando decidió que su Hijo se identificara con la raza humana, como lo expresa este breve poema.

Aquí traducimos por bondad (16) un término que tradujimos en otra parte por «piedad» o por «religión» (véase 2,2; 4,7; 6,5-6; 2 Tim 3,5 y Tito 1,1). Este término designaba entonces la actitud llena de amor al Padre y al prójimo, pero aquí se refiere a la bondad de Dios, que siempre se anticipa a la nuestra.

La Iglesia es el pilar y la base de la verdad. Debemos comprender esta frase en relación a los conceptos bíblicos: de lo alto, de un mundo donde todo es verdad, Dios hace descender su verdad a la tierra como una columna, como una señal visible en la que puedan apoyarse los hombres. A pesar de todas las infidelidades de la Iglesia, Dios se sirve de ella para preservar el verdadero conocimiento del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en el mundo. Sin este conocimiento no podemos ser libres y la humanidad no puede alcanzar su madurez.
Primera Carta a Timoteo (1Tim) Capítulo 4
1 El Espíritu nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe para seguir espíritus seductores y doctrinas diabólicas.
2 Aparecerán hombres mentirosos con la conciencia marcada con la señal de los infames.
3 Estos prohíben el matrimonio y no permiten el uso de ciertos alimentos, a pesar de que Dios los creó para que los comamos y luego le demos gracias. Así lo hacen los creyentes que conocen la verdad.
4 Porque todo lo que Dios ha crea do es bueno y no hay por qué rechazar un alimento que se toma dando gracias a Dios;
5 es santificado por la palabra de Dios y la oración.
6 Si explicas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado con las enseñanzas de la fe y de la sana doctrina que has seguido.
7 Rechaza las fábulas esotéricas, verdaderos cuentos de viejas, y dedícate a la piedad como a tu deporte.
8 La ascesis corporal no es de mucha utilidad; la piedad, en cambio, es útil fuera de toda discusión, pues Dios le prometió la vida, tanto la presente como la futura.
9 Aquí tienes una doctrina segura en la que puedes confiar:
10 sufrimos y luchamos porque tenemos nuestra esperanza puesta en el Dios vivo, salvador de todos los hombres, en especial de los creyentes.
Consejos a Timoteo
11 Recomienda todas estas cosas y enséñalas.
12 No dejes que te critiquen por ser joven. Trata de ser el modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe y tu vida irreprochable.
13 Mientras llego, dedícate a la lectura, a la predicación y a la enseñanza.
14 No descuides el don espiritual que recibiste mediante una intervención profética, cuando el grupo de los ancianos te impuso las manos.
15 Ocúpate de estas cosas y fíjate en lo que dije; así todos serán testigos de tus progresos.
16 Cuida tu conducta y tu enseñanza; persevera sin desanimarte, pues actuando así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.

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Comentarios Primera Carta a Timoteo, capítulo 4
4,1

Después de la muerte de los apóstoles, aparecen nuevos maestros que alteran la fe. Entre otros errores, esos hombres menosprecian todo lo relativo al cuerpo y así condenan el matrimonio y prohiben comer carne y beber vino. Por lo que toca al matrimonio, véase en Colosenses; para quienes decían que la materia depende de los poderes del mal mientras que las almas vienen del Buen Dios, tener hijos era aprisionar en un cuerpo perverso las almas que habría que salvar después (Col 2,23).

En los últimos tiempos (1): esta expresión designa el tiempo que comienza con la resurrección de Jesús y que se prolongará hasta su vuelta (He 1,2 y Stgo 5,3).

El espíritu nos dice claramente. Es una manera de designar las revelaciones hechas a los profetas de la Iglesia.

Los creó para que los comamos y luego le demos gracias. Desde el comienzo, la familia cristiana tenía costumbre, igual que la familia judía, de agradecer a Dios con ocasión de la comida.

Dedícate a la piedad como a tu deporte (7). Aquí nos enfrentamos con otro peligro; en oposición a los maestros que menosprecian la vida, otros se dejan absorber por todo lo que es exterior. El mundo grecorromano se entusiasmó con los deportes y las carreras; sin menospreciar el cuerpo, este párrafo nos invita a examinar si damos a cada cosa el tiempo que merece.
4,11

Frente a todos esos falsos maestros, Timoteo debe ser un ejemplo de verdadero apóstol.

No dejes que te critiquen por ser joven. Habitualmente, tanto en las comunidades cristianas como en las judías, los responsables eran hombres de una cierta edad. Por eso se los llamaba «ancianos» (en griego, «presbíteros»). Timoteo, que visita las Iglesias de parte de Pablo, ejerce su autoridad sobre los ancianos, aunque sea mucho más joven que ellos. Su conocimiento de la Biblia, como también el ejemplo de su fe sincera, serán su fuerza.
4,13

Dedícate a la lectura, a la predicación y a la enseñanza. Es una advertencia que no ha pasado de moda. Seguir leyendo y estudiando es lo que más cuesta en la mayor parte de las profesiones liberales. Muy pocos tienen el valor de seguir el estudio después de que se han pasado los exámenes, y lo mismo ocurre en la Iglesia. Los «pastores», clérigos o laicos, están siempre tentados a pensar que tal actividad es pastoralmente útil, que tal distracción es «relajante», aun cuando no se hayan preocupado de las horas de estudio y de meditación de la palabra. Lo que más hace falta, pastoralmente hablando, son personas cuya fe se exprese de manera fuerte y creativa, gracias a los carismas y al conocimiento espiritual, y esto sólo puede nacer de un contacto habitual con la Palabra de Dios.
4,14

No descuides el don espiritual. El griego utiliza la palabra «carisma». Si alguien era nombrado para un ministerio o para un puesto oficial en la Iglesia, esta consagración era considerada como un don espiritual; tal era el caso de los presbíteros, diáconos, obispos y profetas. Pero mientras los demás carismas, como el de sanar a los enfermos, venían directamente del Espíritu Santo, estos ministerios se recibían por la imposición de las manos. Un apóstol o un profeta imponía las manos sobre el candidato para transmitirle la autoridad que él había recibido de la misma manera.

Así es como cualquier responsable recibe en la Iglesia de Cristo su autoridad a través de una serie de intermediarios que, por último, terminan en los apóstoles. Algunas diócesis conservan la lista completa de sus obispos desde los apóstoles.

En esa ocasión los profetas animaban y aconsejaban al candidato (véase 1,18). Timoteo había sido, pues, consagrado por medio de palabras proféticas: el mismo Pablo le había impuesto las manos (2 Tim 1,6) y también ha bían tomado parte otros profetas y presbíteros.
Primera Carta a Timoteo (1Tim) Capítulo 5
1 No reprendas con dureza al anciano; al contrario, aconséjalo como si fuera tu padre; trata a los jóvenes como a hermanos;
2 a las mujeres mayores como a madres y a las jóvenes, con gran pureza, como a hermanas.
Respecto a las viudas
3 Atiende a las viudas que son realmente viudas.
4 Si una viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a cumplir sus deberes con su propia familia y a ayudar a sus padres. Esto es lo correcto ante Dios.
5 La verdadera viuda es la que se queda sola, habiendo puesto en Dios su esperanza, y se dedica día y noche a la oración y a las súplicas.
6 En cambio, la que quiere pasarlo bien, aunque viva, está muerta.
7 Insiste en esto para que nadie pueda criticarlas.
8 Quien no se preocupa de los suyos, especialmente de los de su casa, ha renegado de la fe y es peor que el que no cree.
9 No inscribas entre las viudas más que a quien ya pasó los sesenta años, casada una sola vez
10 y recomendada por sus buenas obras: si educó a sus hijos, dio hospitalidad, lavó los pies a los santos y socorrió a los que sufren. En pocas palabras, que se haya dedicado a hacer el bien.
11 No admitas a las viudas jóvenes, pues cuando ya se han cansado de Cristo quieren casarse
12 y, faltando a su primer compromiso, se ponen en una situación irregular.
13 Aprenden además a no hacer nada y se acostumbran a andar de casa en casa. Como no tienen nada que hacer, hablan de más, se meten en lo que no les toca y dicen lo que no deben.
14 Quiero, pues, que las viudas jóvenes se vuelvan a casar, que tengan hijos y sean amas de casa, antes que dar a nuestros adversarios algún pretexto para criticar.
15 Algunas ya se han extraviado siguiendo a Satanás.
16 Si alguna mujer creyente tiene viudas en su familia, que las atienda. Así la Iglesia no tendrá que cargar con ellas y podrá socorrer a las que son viudas en el justo sentido.
Respecto a los presbíteros
17 Los ancianos que son buenos líderes recibirán doble honor y remuneración, sobre todo los que llevan el peso de la predicación y de la enseñanza.
18 Lo dijo la Escritura: No pongas bozal al buey que trilla, y también: El trabajador tiene derecho a su salario.
19 No aceptes acusaciones contra un presbítero si no son presentadas al menos por dos o tres testigos.
20 Reprenderás en público a los que están en pecado, para que los demás sientan temor.
21 Te pido insistentemente ante Dios, Cristo Jesús y los santos ángeles que observes estas reglas con imparcialidad, sin hacer diferencias.
22 No impongas a nadie las manos a la ligera, pues te harías cómplice de los pecados de otro;
24 consérvate sin mancha. Hay personas cuyos pecados son notorios antes de cualquier investigación; los de otros, en cambio, sólo después.
25 Del mismo modo las buenas acciones son notorias; y si no lo son, no tardarán en descubrirse.
23 No sigas bebiendo agua sola. Toma un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes malestares.

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Comentarios Primera Carta a Timoteo, capítulo 5
5,3

Desde el principio las mujeres han tenido su función en la Iglesia. Algunas de ellas, llamadas viudas, eran reconocidas oficialmente.

Distingue tres clases de viudas: unas que no tenían necesidad de la Iglesia porque tenían sus familias; otras que necesitaban la ayuda de la Iglesia, y otras por último que, ayudadas o no por la Iglesia, estaban encargadas de algunas tareas.

Se ponen en una situación irregular... (12). Esto significa que al abandonar su función y al casarse, la «viuda» de la tercera categoría rompía un compromiso que había contraído solemnemente en la Iglesia.
5,5

La verdadera viuda ha puesto en Dios su esperanza. Habría que releer lo que dice Pablo (1 Cor 7) respecto a la mayor libertad de los solteros para servir al Señor. Toda persona bautizada está llamada a pertenecer totalmente a Cristo. Si las circunstancias de la vida nos dejan solos y libres de responsabilidades familiares, es tal vez porque Dios nos invita a consagrarnos totalmente al servicio de la Iglesia y a la oración. Hoy día, si las personas que ya no trabajan pensaran su vida delante de Dios, la Iglesia encontraría más responsables y misioneros de los que necesita.
5,17

La carta vuelve a hablar de los presbíteros, o ancianos, los encargados de la comunidad local. La comunidad debe ayudar a sus responsables tanto en el plano moral como en el material.

Ya hemos señalado que esos ancianos que gobernaban la comunidad y presidían la eucaristía se escogían entre los creyentes más estimados. Este párrafo muestra que el primer servicio que se esperaba de ellos era la predicación de la palabra (merecen doble remuneración). Es muy sorprendente que en muchas parroquias el consejo esté formado por más laicos versados en asuntos materiales que por hombres de la Palabra, instruidos o profetas, capaces de dar vida a la comunidad.

Reprenderás en público..., para que los demás sientan temor (20). Estos primeros cristianos no eran ángeles, y de vez en cuando sus responsables debían ser corregidos severamente. Pero, ¿cuándo los responsables de las comunidades no han dado problemas?

En el v.18, nótese la cita del evangelio: el trabajador tiene derecho... (Lc 10,7). Este pasaje nos muestra que cuando esta carta fue escrita, hacia los años 90, los evangelios ya eran considerados como «Escrituras».
Primera Carta a Timoteo (1Tim) Capítulo 6
1 Los que están bajo el yugo de la esclavitud procuren ser muy respetuosos con sus amos, no sea que las críticas recaigan sobre el nombre de Dios y su doctrina.
2 Los que tienen amos cristianos no deben perderles el respeto bajo el pretexto de que son hermanos; al contrario, sírvanlos mejor, ya que los que reciben sus servicios son creyentes y hermanos queridos.
El amor al dinero
2 Esto es lo que debes enseñar e inculcar.
3 Si alguno enseña en otra forma y no se atiene a las palabras auténticas, que son las de Cristo Jesús, nuestro Señor, y a la enseñanza que honra a Dios,
4 está cegado y no entiende nada. Ese padece la enfermedad de las discusiones y cuestiones inútiles, de donde proceden envidias, discordias, insultos, desconfianzas
5 y altercados propios de los que tienen la mente pervertida. Están tan alejados de la verdad que para ellos la religión es un puro negocio.
6 Es verdad que la religión es un buen negocio, pero en otro sentido, si gracias a ella nos conformamos con lo que tenemos.
7 Pues al llegar al mundo no trajimos nada, y al dejarlo tampoco nos llevaremos nada.
8 Conformémonos entonces con tener alimento y ropa.
9 Los que quieren ser ricos caen en tentaciones y trampas; un montón de ambiciones locas y dañinas los hunden en la ruina hasta perderlos.
10 Debes saber que la raíz de todos los males es el amor al dinero. Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos de la fe y se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos.
11 Pero tú, hombre de Dios, huye de todo eso. Procura ser religioso y justo. Vive con fe y amor, constancia y bondad.
12 Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos.
13 Ahora te doy una orden en presencia del Dios que da vida al universo entero, y de Cristo Jesús, que dio su magnífico testimonio ante Poncio Pilato:
14 guarda el mandato, presérvalo de todo lo que pueda mancharlo o adulterarlo hasta la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor.
15 A su debido tiempo Dios lo manifestará, el Bienaventurado y único Soberano, Rey de reyes y Señor de señores.
16 Al único inmortal,
16 al que habita en la luz inaccesible
16 a quien ningún hombre ha visto ni puede ver,
16 a él honor y poder por siempre jamás. ¡Amén!
17 Exige a los ricos que no sean arrogantes ni confíen en las riquezas, que son siempre inseguras; que más bien confíen en Dios, que nos proporciona todo generosamente para que lo disfrutemos.
18 Que practiquen el bien, que se hagan ricos en buenas obras, que den de buen corazón, que sepan compartir.
19 De esta forma amontonarán un capital sólido para el porvenir y conseguirán la vida verdadera.
20 Timoteo, conserva el depósito, evita las palabrerías inútiles y mundanas así como las discusiones procedentes de una falsa ciencia.
21 Por darle crédito, algunos se han alejado de la fe.
21 La gracia esté con todos ustedes.

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Comentarios Primera Carta a Timoteo, capítulo 6
6,1

Véase Col 3,22 y Ti 2,9 en lo que se refiere a los deberes de los servidores o esclavos.

Al comienzo y al fin del capítulo, el autor insiste en la fidelidad a la tradición. Los responsables deben mostrarse respetuosos y humildes con ese tesoro que les ha sido confiado y que deben transmitir. Aquí entrevemos dos posibles desviaciones:

— En vez de profundizar en la fe, algunos multiplican las palabras.

— Algunos reemplazan la sumisión a la palabra de Dios por una actitud crítica que quiere juzgar la fe y retener únicamente lo que está de acuerdo con las propias ideas.

En dos oportunidades se hace alusión al dinero (v. 10 y 17). Después de los primeros años, en que la conversión que lleva a la fe ocupaba todo el horizonte, la Iglesia se dio cuenta de que, incluso para los creyentes, todo estaba perdido si persistía el amor al dinero. Es el drama de algunos países en que los núcleos cristianos sólidos han entrado, sin darse cuenta, en la carrera por el dinero; se mantienen siempre en la fe, pero esa fe no motiva más que el apego a la práctica religiosa. El dinero, cuando se convierte en seguridad, hace perder la confianza en Dios (10) y nos separa de los demás.

Los pastores de la Iglesia deberán ser los más conscientes de ese peligro (11). La salvación para ellos consistirá en situarse en la vida y en la sociedad donde es necesario hacer constantemente un acto de fe para superar las dificultades y aceptar alegremente los sacrificios (12). No será buscando primero un lugar donde nos sintamos a gusto como seremos hombre (o mujer) de Dios y testigo de Cristo, tal como él lo fue del Padre (13).