La Biblia Latinoamericana
作者:神与人
Levítico (Lev)
Introducción Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3
Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7
Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11
Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15
Capítulo 16 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19
Capítulo 20 Capítulo 21 Capítulo 22 Capítulo 23
Capítulo 24 Capítulo 25 Capítulo 26 Capítulo 27
Levítico (Lev) Introducción
El Levítico está en el centro de los cinco libros que conforman la «Ley», el corazón del Antiguo Testamento; debe su nombre al hecho de que se explaya muy especialmente sobre el ministerio de los sacerdotes levitas. Lo medular del libro es la Ley de Santidad, la cual nos dice lo que el Dios Santo exige de su pueblo que tiene el honor de pertenecerle, tanto con respecto al culto como a su vida diaria.
Esto basta para situarlo. Y también mostraremos más comprensión para estas leyes y reglas litúrgicas, propias de tiempos pasados, si recordamos que la santidad —en el sentido en que la entiende la Biblia— es siempre actual para nosotros. Es una de las claves del conocimiento de Dios y nos ayuda a comprender nuestra vocación como pueblo santo.
Nunca se dirá demasiado que Dios abraza con su amor a toda su creación, que está en ella presente al igual que en la vida de los pueblos y que está muy cerca de nosotros «en el secreto» (Mt 6,6). Pero tampoco hay que olvidar que él es «santo», es decir, totalmente distinto a su creación, y que su personalidad misteriosa está terriblemente por encima de todo lo que podemos imaginar. Y nuestra misión, si hemos sido llamados a creer en su Hijo único, no puede confundirse con ninguno de los caminos de sabiduría que han conocido los hombres: Dios nos eligió para su obra «tan sorprendente y misteriosa».
Aunque actualmente ya no estamos obligados a los numerosos preceptos litúrgicos o sociólogicos de la Ley, estas páginas, sin embargo, nos recordarán que fuimos separados para que seamos fermento.
El espíritu de la Ley no ha cambiado después de la revelación hecha a Moisés, la que fue su fundamento. Pero ha habido, eso sí, muchas evoluciones y adaptaciones. Los «libros de Moisés», como se los llama, han llegado hasta nosotros en el estado en que fueron fijados por los sacerdotes judíos del siglo V antes de Cristo, luego de su regreso del Destierro.
En tiempos anteriores la influencia de los profetas se había hecho sentir. Pedían una fe más dinámica, una toma de conciencia de las exigencias de justicia que estaban inscritas en la Alianza, una lucha contra las influencias extranjeras alienantes. Hablaban de tiempos futuros que se debían preparar. Pero después del cautiverio en Babilonia, la necesidad de afirmar su identidad para hacer frente a las pruebas nacionales, dio lugar en Israel a una corriente conservadora que se fue consolidando cada vez. Muchos judíos se replegaron entonces en un conservantismo religioso hecho de ritos y tradiciones, las que Jesús iba a condenar severamente (Mt 23).
Pablo en sus cartas culpa a los que querían seguir con las costumbres y fiestas de los judíos (Col 2,16) y también a los que en primer lugar ven en la palabra de Dios leyes que hay que observar (Gál 3,1-7). Pero Jesús nos invita a no perder el espíritu que inspiró esas leyes (Mt 5, 17-19).
El Levítico contiene tres grandes partes:
— Ley de los sacrificios, caps. 1-8.
— Ley referente a lo puro y lo impuro, caps. 11-15.
— Ley de la santidad, caps. 17-26.
LEVITICO 0
Levítico (Lev) Capítulo 1
Sacrificios: el holocausto
1 Yavé llamó a Moisés y le habló así, desde la Tienda de las Citas divinas: «Esto tienes que decir a los hijos de Israel:
2 Cuando alguno de ustedes presente a Yavé una ofrenda de animales, esta ofrenda podrá ser de ganado mayor o menor.
3 Si quiere ofrecer un holocausto, es decir una víctima totalmente quemada, presentará a la entrada de la Tienda de las Citas el macho sin defecto que haya escogido, y así su sacrificio será agradable a Yavé.
4 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, y Yavé se la aceptará como expiación de sus pecados.
5 Sacrificará el novillo delante de Yavé y los sacerdotes, hijos de Aarón, ofrecerán la sangre derramándola sobre el altar que está a la entrada de la Tienda de las Citas, y todo en derredor.
6 Entonces desollarán la víctima y la despedazarán;
7 luego los hijos del sa cer dote Aarón pondrán fuego en el altar y colocarán leña sobre el fuego;
8 acomodarán los trozos con la cabeza y las grasas encima de la leña colocada sobre el fuego del altar.
9 Lavarán con agua las entrañas y las patas, y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Así es el holocausto, y es un sacrificio por el fuego cuyo suave olor apacigua a Yavé.
10 Si alguien ofrece ganado menor, corderos o cabras, también ofrecerá un macho sin defecto.
11 Lo sacrificarán ante Yavé, al lado norte del altar; los sacerdotes derramarán la sangre en el altar y en todo su derredor.
12 Luego lo despedazarán en porciones y el sacerdote lo dispondrá con la cabeza y el sebo encima de la leña colocada sobre el fuego del altar.
13 Lavarán con agua las entrañas y las patas y el sacerdote lo ofrecerá y lo quemará en el altar. Así es el holocausto, y es un sacrificio por el fuego cuyo suave olor apacigua a Yavé.
14 Si se ofrece a Yavé un holocausto de aves, presentarán tórtolas o pichones.
15 El sacerdote presentará la víctima en el altar, le retorcerá la cabeza y la quemará sobre el altar; la sangre la exprimirá sobre la pared del altar.
16 Le quitará el buche y las plumas y los arrojará a las cenizas, al lado oriental del altar.
17 Se abrirá el ave entre las alas, sin partirla. El sacerdote la quemará en el altar encima de la leña colocada sobre el fuego. Así es el holocausto, y es un sacrificio por el fuego cuyo suave olor apacigua a Yavé.»

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Comentarios Levítico, capítulo 1
1,1

Tal como se dijo en la Introducción, los preceptos litúrgicos que ocupan estos pri me ros capítulos son los que regían las celebraciones del templo de Jerusalén, y todo es atribuido a Moisés como si hubiera dado ya él entonces el modelo que debería seguirse en los siglos venideros.

En realidad desde su llegada a Canaán las tribus celebraban el culto a Yavé en varios santuarios ya frecuentados por los cananeos. Luego los reyes descendientes de David organizaron el clero en torno al templo de Jerusalén y se codificó la liturgia.

Yavé habló a Moisés. Esta frase se repetirá decenas de veces, pues como todas las leyes pretendían adaptar a tiempos nuevos los grandes principios de Moisés, las introducían normalmente con esta fórmula ritual.

Siempre que se habla de la tienda santuario donde Dios cita a Moisés, el autor alude en realidad al templo.
1,3

Holocausto significa “todo quemado”. En aquellos tiempos sólo se comía carne en las fies tas, y tanto la comida como la matanza del animal tenían un carácter sagrado, porque Dios es dueño de la vida y de la sangre. En la mayoría de los sacrificios llamados de comunión o pa cíficos (3,1) los sacerdotes recibían como salario la espalda de la víctima (Lv 7,34; Nb 6,19), y el resto era para la fiesta. Diverso era el holocausto, donde todo se ofrecía a Dios y era quemado en señal de generosidad y de acción de gracias.
1,14

Tórtolas y pichones. La mayoría de las personas carecían de medios como para ofrecer un cordero o un cabrito, menos aún para ofrecer un ternero. Por esta razón ofrecían lo que estaba al alcance de cualquier bolsillo: un par de aves, como se lee también en Lc 2,25.
Levítico (Lev) Capítulo 2
La ofrenda
1 «Cuando alguien ofrezca a Yavé una ofrenda, ésta consistirá en flor de harina, sobre la que derramará aceite y pondrá incienso.
2 La llevará a los hijos de Aarón, a los sacerdotes; el sacerdote tomará un puñado de harina con aceite y todo el incienso; luego lo quemará en el altar para que Dios se acuerde de aquel que ofrece. Es un sacrificio por el fuego de calmante aroma para Yavé.
3 El resto de la ofrenda quedará para Aarón y sus hijos; es cosa muy sagrada porque proviene del sacrificio por el fuego para Yavé.
4 Cuando quieras ofrecer alguna masa cocida al horno, será de flor de harina en panes sin levadura amasados con aceite, o en tortas sin levadura untadas de aceite.
5 Si ofreces alguna masa preparada en la parrilla, ésta deberá ser de flor de harina amasada con aceite, sin levadura.
6 La partirás en trozos y le echarás aceite, pues es una ofrenda.
7 Si presentas una ofrenda preparada en sartén, ésta será de flor de harina con aceite.
8 Presentarás al sacerdote dichas ofrendas que llevas a Yavé, para que las presente al altar.
9 El sacerdote reservará parte de la ofrenda para que Dios se acuerde de aquel que ofrece, y la quemará en el altar: es un sacrificio por el fuego de calmante olor para Yavé.
10 El resto de la ofrenda quedará para Aarón y sus hijos, como porción muy sagrada del sacrificio por el fuego para Yavé.
11 No se presentará a Yavé ninguna ofrenda de masa fermentada. No habrá ni levadura ni miel en los sacrificios por el fuego que ofrezcan a Yavé.
12 Se podrán ofrecer a Yavé como primicias, pero no se pondrán en el altar como sacrificios de calmante aroma.
12 En toda ofrenda que presentes, pondrás sal,
13 pues así como la alianza con tu Dios es alianza de sal, también estará la sal en tus ofrendas: todas serán saladas.
14 Si ofreces a Yavé las primicias de tus sembrados, presentarás las espigas tostadas al fuego, o granos nuevos partidos. Así será tu ofrenda de primicias.
15 Echarás por encima aceite e incienso, por ser una ofrenda.
16 El sacerdote quemará en tu nombre parte del grano molido y del aceite, con todo el incienso. Es un sacrificio por el fuego para Yavé.

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Comentarios Levítico, capítulo 2
2,1

La oblación. No se derrama sangre, pues la ofrenda es de un producto vegetal. Se trataba habitualmente de las primicias o primeros frutos de la tierra. La cosecha es don de Dios y a él se ofrece la primera parte. Con ello también el sacerdote tendrá su pan asegurado.
Levítico (Lev) Capítulo 3
El sacrificio de comunión
1 Cuando alguien ofrezca vacuno como sacrificio de comunión, ya sea macho o hembra, ofrecerá un animal sin defecto.
2 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará a la entrada de la Tienda de las Citas; y los hijos de Aarón, los sacerdotes, derramarán la sangre en el altar y en su derredor.
3 Se tomará una parte del sacrificio de comunión y se ofrecerá por el fuego para Yavé: el sebo que cubre las entrañas y todo lo que hay sobre ellas;
4 los dos riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, y la telilla del hígado que se separará de los riñones.
5 Los hijos de Aarón quemarán todo esto en el altar encima del holocausto que está sobre la leña puesta al fuego. Será un sacrificio por el fuego de calmante olor para Yavé.
6 Si lo que se ofrece como sacrificio de comunión ante Yavé es de ganado menor, se ofrecerá un animal sin defecto, macho o hembra.
7 Si alguien ofrece un cordero, lo presentará ante Yavé,
8 pondrá su mano sobre la cabeza de su víctima, y luego la degollará a la entrada de la Tienda de las Citas. Los hijos de Aarón derramarán su sangre en el altar y en su derredor.
9 Parte de este sacrificio de comunión será quemada para Yavé: la gordura y la cola entera
10 con los riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, junto con la telilla del hígado que se separará de los riñones.
11 El sacerdote quemará todo esto sobre el altar como sacrificio para Yavé.
12 Si su ofrenda es una cabra, la presentará ante Yavé,
13 pondrá la mano sobre la cabeza de la víctima y la sacrificará ante la Tienda de las Citas; los hijos de Aarón derramarán su sangre en el altar y alrededor.
14 Presentará parte de ella como sacrificio por el fuego para Yavé:
15 el sebo que cubre las entrañas y el que está encima, con el sebo adherido a ellos y a los lomos, junto con la telilla del hígado.
16 El sacerdote quemará todo esto en el altar, como alimento pasado por el fuego, de calmante olor para Yavé.
17 Toda la grasa pertenece a Yavé. Este es un decreto perpetuo de generación en generación, dondequiera que vivan. No comerán grasa ni sangre.
Levítico (Lev) Capítulo 4
El sacrificio «por el pecado»
1 Yavé habló así a Moisés:
2 «Dirás a los hijos de Israel: Estas son las normas para las personas que pecan por ignorancia contra uno de los mandamientos de Yavé, haciendo algo que no debe hacerse.
3 Si el que peca es el sumo sacerdote, el ungido, su pecado mancha al pueblo. Ofrecerá a Yavé, por el pecado que cometió, un novillo sin defecto.
4 Lo traerá a la Tienda de las Citas a la presencia de Yavé; pondrá la mano sobre la cabeza del novillo, y luego lo sacrificará delante de Yavé.
5 Entonces el sacerdote ungido tomará parte de su sangre, que llevará a la Tienda de las Citas,
6 y habiendo mojado el dedo en la sangre rociará con ella siete veces hacia el velo del santuario.
7 El sacerdote teñirá con la sangre los cuernos del altar del incienso aromático para Yavé que está en la Tienda de las Citas, y vaciará el resto de la sangre al pie del altar de los holocaustos, a la entrada de la Tienda de las Citas.
8 Después quitará la grasa del novillo sacrificado por el pecado, tanto la que cubre las entrañas, como la que está encima,
9 los riñones y el sebo adherido a éstos y a los lomos, junto con la telilla del hígado.
10 Hará como se hace en los sacrificios de comunión: lo quemará sobre el altar de los holocaustos.
11-12 Todo lo restante del animal, la piel, toda la carne, la cabeza, patas e intestinos y el excremento, lo llevará fuera del campamento, a un lugar limpio donde se suelen echar las cenizas de las víctimas. Allí lo quemarán sobre un montón de leña.
13 Si toda la comunidad de Israel ha pecado por ignorancia, sin darse cuenta de que hizo alguna cosa prohibida por Yavé,
14 en cuanto la comunidad se dé cuenta del pecado, ofrecerá un novillo como sacrificio por el pecado. Lo llevarán a la entrada de la Tienda de las Citas,
15 y los ancianos del pueblo pondrán las manos sobre la cabeza del ternero, en la presencia de Yavé. Allí sacrificarán el novillo.
16 El sacerdote ungido llevará parte de la sangre a la Tienda de las Citas;
17 allí mojará su dedo en sangre y hará siete aspersiones hacia el velo.
18 Teñirá también con sangre los cuernos del altar que está ante Yavé en la Tienda de las Citas, y derramará la sangre restante al pie del altar de los sacrificios que está a la entrada de la Tienda de las Citas.
19 Luego quitará toda la grasa y la quemará sobre el altar,
20 haciendo en todo con este novillo lo mismo que se hace al ofrecer el sacrificio por el pecado del sacerdote. Así hará la expiación por ellos y serán perdonados.
21 Sacarán el ternero fuera del campamento y lo quemarán también como el primero, por ser sacrificio por el pecado de toda la asamblea.
22 Si es un jefe el que por inadvertencia hizo una de las muchas cosas que prohíbe la ley de Yavé, haciéndose culpable,
23 en cuanto se dé cuenta de su pecado, traerá como ofrenda un macho cabrío sin defecto,
24 le pondrá su mano sobre la cabeza y lo degollará en el lugar donde se sacrifica el holocausto en presencia de Yavé.
25 Es un sacrificio por el pecado. El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y derramará la sangre al pie de este altar.
26 El sebo lo quemará encima, como se hace en los sacrificios de comunión. De esta forma el sacerdote hará la expiación por la persona y por su pecado, y será perdonada.
27 Si es un propietario el que por inadvertencia hizo una de las muchas cosas que prohíbe la ley de Yavé, haciéndose culpable,
28 en cuanto se dé cuenta del pecado cometido, presentará como ofrenda una cabra sin defecto,
29 pondrá la mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará en el lugar de los holocaustos.
30 El sacerdote mojará su dedo en la sangre, teñirá con ella los cuernos del altar de los holocaustos, y derramará el resto junto a su base.
31 Quitará toda la grasa como suele quitarse de los sacrificios de comunión, la quemará sobre el altar como calmante olor para Yavé. Así hará la expiación por la persona y por su pecado, y será perdonada.
32 Si ofrece por el pecado una ovejita, tomará una oveja sin defecto,
33 pondrá la mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará en el lugar donde se degüellan las víctimas de los holocaustos.
34 El sacerdote mojará su dedo en la sangre y teñirá con ella los cuernos del altar de los holocaustos, luego derramará el resto de la sangre al pie del altar.
35 También quitará toda la grasa, así como se quita del ternero sacrificado en sacrificio de comunión, la quemará sobre el altar encima de los sacrificios haciendo la expiación por el que ofrece y por su pecado, y le será perdonado.
Levítico (Lev) Capítulo 5
Sacrificios por varios delitos
1 Lo que sigue vale para la persona que se encuentra culpable porque podía testificar respecto de algún crimen del que fue testigo ocular o del que supo y, sin embargo, al oír las palabras de la maldición contra quien no denunciara no quiso denunciar al culpable.
2 Vale también para la persona que toca por inadvertencia cosas impuras, ya sea el cuerpo de una bestia impura, o de un animal impuro, o bien de algún reptil impuro: cuando se entere, se vuelve culpable.
3 Lo mismo para quien toca por inadvertencia cualquiera de las inmundicias humanas con que puede contaminarse, y después se da cuenta y entonces se encuentra con un delito.
4 O bien la persona que por inadvertencia jura y pronuncia un juramento insensato de cualquier clase, pero después se da cuenta y así se encuentra con un delito.
5 En todos estos casos el que cometió el delito confesará primero su pecado.
6 Luego, como sacrificio de reparación por el pecado cometido, llevará a Yavé una hembra, oveja o cabra, y el sacerdote hará la expiación por dicho pecado y persona.
7 Si a dicha persona no le alcanza para una res, ofrecerá a Yavé dos tórtolas o dos pichones, uno por el pecado y otro en holocausto.
8 Los entregará al sacerdote, el cual, ofreciendo uno por el pecado, le retorcerá la cabeza hacia las alitas, de manera que quede pegada al cuello y no enteramente separada.
9 Rociará con su sangre la pared del altar y derramará el resto de la sangre al pie del altar: es un sacrificio por el pecado.
10 El otro pájaro lo quemará en sacrificio de holocausto, como se acostumbra hacer. Así es como el sacerdote hará la expiación por esta persona, por su pecado, y será perdonada.
11 Si a esta persona tampoco le alcanza para ofrecer dos tórtolas o dos pichones, ofrecerá por su pecado, para que se le perdone, una décima parte de flor de harina. No le pondrá aceite, ni pondrá encima incienso, pues es ofrenda por el pecado.
12 La entregará al sacerdote, el cual, tomando un puñado entero de harina, la quemará sobre el altar encima de los holocaustos para Yavé, para que se acuerde del que ofrece.
13 Así el sacerdote hará la expiación por esta persona y por su pecado, y le será perdonado. El resto de la ofrenda será para el sacerdote.»
14 Yavé habló a Moisés para decirle:
15 «Si alguno ha pecado por error, al no dar todo lo que debía consagrar a Yavé, ofrecerá por su pecado un carnero sin defecto, una res de ganado menor que tú apreciarás según lo que vale en siclos de plata, según el peso del santuario.
16 Este hombre devolverá lo que no dio para el santuario y lo dará al sacerdote, agregando una quinta parte. El sacerdote hará la expiación por él, ofreciendo el carnero por el pecado, y quedará perdonado.
17 Si alguno ha pecado, haciendo alguna cosa de las prohibidas por la ley de Dios, ha cometido un delito aunque no se dé cuenta, y carga con un pecado.
18 Si lo juzgas conveniente, traerá al sacerdote un carnero sin defecto, una res de ganado menor. El sacerdote hará la expiación por él, pues lo hizo sin advertencia, y quedará perdonado.
19 Pues no hay duda de que cometió un delito a los ojos de Yavé.»
Sacrificios por pecados de malicia
20 Yavé habló a Moisés para decirle:
21 «Aquí viene el caso del que cometió un pecado de infidelidad a Yavé en la forma siguiente: Defraudó a su prójimo respecto a algún depósito que éste le había confiado, o le quitó una cosa por la fuerza, o lo explotó, 22 o mintió respecto de una cosa perdida que encontró, o hizo falso juramento en cualquier asunto en que los hombres suelen pecar.
23 El que pecó y que cometió un delito, tendrá que devolver lo que robó o quitó a la fuerza o lo que guardó del depósito o de la cosa perdida que encontró
24 y por la que hizo falso juramento. Añadirá además la quinta parte.
25 Si lo juzgas conveniente, traerá a Yavé su sacrificio por el pecado: un carnero sin defecto, una res de ganado menor, y lo dará al sacerdote.
26 El sacerdote hará la expiación por esta persona en presencia de Yavé, y le será perdonado el pecado que haya cometido.»
Levítico (Lev) Capítulo 6
Leyes referentes a los sacrificios
1 Yavé habló a Moisés para decirle:
2 «Da esta orden a Aarón y a sus hijos: Esta será la ley del holocausto, es decir de la víctima totalmente quemada. La dejarán en el altar durante todo la noche hasta el amanecer; el fuego del altar no se apagará.
3 A la mañana después de ponerse su túnica de lino y sus calzones de lino, el sacerdote recogerá las cenizas que el fuego dejó al quemar la víctima, y las pondrá junto al altar.
4 Luego cambiará sus vestiduras por otras antes de llevar las cenizas fuera del campamento, y las echará en un lugar puro.
5 El fuego del altar habrá de ser alimentado de manera que nunca se apague; el sacerdote echará leña cada día por la mañana, y pondrá encima las víctimas de holocausto así como la grasa de las víctimas de comunión.
6 El fuego arderá perpetuamente en el altar: no debe apagarse.
7 Este es la ley de las ofrendas. Los hijos de Aarón las ofrecerán en presencia de Yavé frente al altar.
8 El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de flor de harina mezclada con aceite y todo el incienso que haya puesto encima, y lo quemará en el altar para Yavé en nombre del que la ofreció.
9 Lo que quede será para Aarón y sus hijos: lo comerán sin ponerle levadura en un lugar santo dentro de la Morada.
10 No le pondrán levadura, pues ésta es la parte que les doy en mis sacrificios por el fuego, y será cosa muy sagrada, lo mismo que la víctima por el pecado o por algún delito.
11 Todo varón de la descendencia de Aarón podrá comerla. Esta será para sus descendientes una ley perpetua: todo lo que toque esas cosas sacrificadas por el fuego para Yavé pasará a ser santo también.»
12 Yavé habló a Moisés para decirle:
13 «Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos ofrecerán a Yavé en el día de su consagración: una décima de flor de harina -lo mismo como para la ofrenda perpetua- la mitad por la mañana y la otra por la tarde.
14 La freirán en aceite, en una sartén, y la ofrecerás caliente; presentarás los pedacitos fritos como ofrenda de calmante olor para Yavé.
15 Uno de los hijos del sacerdote que ha sido ungido podrá ofrecerla en su lugar. Esta ofrenda será quemada entera en el altar: esto será un rito perpetuo.
16 Toda ofrenda que presente uno de los sacerdotes será consumida totalmente; no se comerá nada de ella.»
17 Yavé habló a Moisés para decirle:
18 «Dile a Aarón y a sus hijos: Esta es la ley de la víctima ofrecida por el pecado. Será sacrificada ante Yavé en el mismo lugar donde se ofrece el sacrificio del holocausto. Es una cosa muy sagrada.
19 El sacerdote que la ofrece la comerá en un lugar santo, a la entrada de la Tienda de las Citas.
20 Cualquier cosa que toque las carnes sacrificadas será santificada; si cae una gota de su sangre sobre algún vestido, se lavará en lugar santo;
21 la vasija de barro en que fue cocida, será quebrada; la de cobre, en cambio, se fregará y lavará con agua.
22 Todo varón de entre los sacerdotes podrá comer la carne de esta víctima, la cual es cosa muy sagrada.
23 En cambio, siempre que la sangre de la víctima por el pecado haya sido introducida en la Tienda de las Citas para hacer la expiación, no se comerá, sino que se echará al fuego.

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Comentarios Levítico, capítulo 6
6,1

Se trata de diversos sacrificios, indicando el servicio propio del sacerdote.
6,20

Lo sacrificado a Dios ya le pertenece a él y queda como impregnado de su santidad.
6,22

Para que el sacrificio consiga su efecto es necesario que la carne sea consumida, dado que por el sacrificio ha pasado a ser santa. Se garantiza así también al sacerdote un medio de subsistencia.
Levítico (Lev) Capítulo 7
El sacrificio de reparación
1 Esta es la ley de la víctima ofrecida por un el delito: esta víctima es cosa muy santa.
2 La víctima por el delito se sacrificará en el mismo lugar donde se sacrifica la víctima del holocausto y su sangre será derramada en el altar y en su derredor.
3 Ofrecerán la cola y la grasa que cubre las entrañas,
4 los dos riñones junto con el sebo adherido a ellos y a los lomos, y la telilla del hígado que se separará de los riñones.
5 El sacerdote quemará todo esto sobre el altar como sacrificio por el fuego para Yavé. Este es el sacrificio por el delito.
6 Todo varón de entre los sacerdotes podrá comerlo; se comerá en lugar sagrado, pues es cosa muy santa.
7 El ritual será el mismo para la víctima por el pecado y para la víctima por el delito. La víctima pertenece al sacerdote que hace la expiación.
8 El sacerdote que ofrece un holocausto se queda con la piel de la víctima.
9 Toda ofrenda de flor de harina que fue cocida en horno o tostada en sartén será del sacerdote que la presentó;
10 en cambio, toda ofrenda amasada en aceite o seca, se dará a todos los hijos de Aarón, en proporciones iguales.
El sacrificio de comunión
11 Esta es la ley del sacrificio de comunión que se ofrece a Yavé.
12 Si se ofrece en acción de gracias, lo acompañan panes sin levadura amasados con aceite, tortas sin levadura untadas con aceite, y flor de harina amasada y embebida en aceite.
13 Esta ofrenda se añadirá a los buñuelos de masa fermentada y a lo que se ofrece como sacrificio de comunión para dar gracias.
14 De cada una de esas ofrendas se apartará la porción de Yavé, y será del sacerdote que derrama la sangre de las víctimas de comunión.
15 La carne de la víctima de comunión se comerá el mismo día: no quedará nada hasta la mañana.
16 La víctima ofrecida en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, se comerá el mismo día, pero lo que sobre podrá comerse al otro día.
17 Si al tercer día queda algo de la carne de la víctima, se quemará.
18 El que al tercer día comiere carne del sacrificio de comunión, su sacrificio no sería recibido por Dios, y no sería de ningún provecho para el que lo ofreció; sería una cosa fea y el que la comiere cargaría con un pecado.
19 No se comerá la carne que ha tocado alguna cosa impura, sino que la quemarán. En cuanto a la carne del sacrificio de comunión, cualquier persona que esté pura la podrá comer.
20 El que, estando impuro, coma de la carne del sacrificio de comunión presentado a Yavé, será borrado de entre los suyos.
21 El que haya tocado cualquier cosa impura, sea de hombre o de animal, o cualquier otra abominación impura, y a pesar de eso coma de la carne del sacrificio de comunión ofrecida a Yavé, será borrado de entre los suyos.»
22 Yavé habló a Moisés para decirle:
23 «Habla a los hijos de Israel y diles: No comerán sebo de buey, ni de cordero ni de cabra.
24 La grasa de animal muerto o destrozado podrá servir para cualquier uso, pero no la comerán.
25 El que coma grasa de algún animal que suele ofrecerse en sacrificio por el fuego para Yavé, será borrado de entre los suyos.
26 Cualquiera fuere el lugar donde vivan, no comerán sangre, bien sea de animal, o de ave.
27 Cualquier persona que coma sangre será borrada de entre los suyos.»
28 Yavé dijo a Moisés:
29 «Habla a los hijos de Israel y diles: El que presente a Yavé un sacrificio de comunión le regalará una porción del sacrificio.
30 Con sus propias manos llevará lo sacrificado por el fuego para Yavé, o sea, la grasa junto con el pecho, y el pecho será mecido ante Yavé.
31 El sacerdote quemará la grasa sobre el altar; el pecho será para Aarón y sus hijos.
32 Ustedes darán también al sacerdote el pernil derecho de la víctima de comunión.
33 El pernil derecho será de aquel hijo de Aarón que haya ofrecido la sangre y la grasa del sacrificio de comunión.
34 Yo retengo a los hijos de Israel, de sus sacrificios de comunión, el pecho que fue mecido y el pernil que fue puesto aparte, y yo los doy al sacerdote Aarón y a sus hijos. Este será para siempre derecho suyo entre los hijos de Israel.
35 Esta es la porción de Aarón y de sus hijos en los sacrificios por el fuego para Yavé, desde el día en que sean consagrados como sacerdotes de Yavé.
36 Esto es lo que mandó Yavé que les dieran los hijos de Israel, el día en que fueron consagrados: es un decreto perpetuo de generación en generación.
37 Este es el ritual del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado y por el delito, y del sacrificio de comunión.
38 Esto es lo que Yavé ordenó a Moisés en el monte, el día en que mandó a los hijos de Israel que presentaran sus ofrendas a Yavé en el desierto de Sinaí.»
Levítico (Lev) Capítulo 8
Consagración de los sacerdotes
1 Yavé habló a Moisés para decirle:
2 «Toma contigo a Aarón y a sus hijos, y también sus vestiduras, el óleo de la unción, el novillo para el sacrificio por el pecado, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura.
3 Luego reúne a toda la comunidad a la entrada de la Tienda de las Citas.»
4 Moisés hizo lo que Yavé le había mandado, y la comunidad se reunió a la entrada de la Tienda de las Citas.
5 Y Moisés dijo a la comunidad: «Esto es lo que Yavé ha mandado hacer.»
6 Moisés, entonces, pidió que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua.
7 Puso sobre Aarón la túnica y se la ajustó con el cinturón, luego lo vistió con el manto; le puso encima el «Efod» y se lo ajustó con el cinturón del Efod.
8 Luego le puso el escapulario llamado Pectoral, en el que despositó el Urim y el Tumin (o sea, dados para consultar a Yavé).
9 Le colocó también el turbante en la cabeza, y puso en su parte delantera la lámina de oro: ésta era la corona de santidad que Yavé había mandado a Moisés.
10 Después Moisés tomó el óleo de la unción y ungió la morada de Yavé y la consagró con cuanto había dentro de ella.
11 Roció con el óleo siete veces el altar y lo ungió con todos los utensilios, así como también la pila y su base, para que quedaran consagrados.
12 Moisés derramó oleo sobre la cabeza de Aarón y lo ungió para consagrarlo.
13 Luego mandó que se acercaran los hijos de Aarón, los vistió con las túnicas y se las ajustó con el cinturón; les puso las mitras como Yavé se lo había mandado.
14 Después hizo traer el novillo para el sacrificio por el pecado, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del novillo.
15 Moisés lo sacrificó. Mojando sus dedos en la sangre, untó con ella las esquinas del altar, para consagrarlo. Después derramó el resto de la sangre al pie del altar; de esta manera lo consagró, haciendo por él la expiación.
16 Moisés tomó luego toda la grasa que cubre las entrañas, el hígado y los dos riñones con su grasa y la quemó sobre el altar.
17 En cuanto al novillo con su piel, carne y excrementos, los quemó fuera del campamento, como Yavé lo había ordenado.
18 Hizo que acercaran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos le pusieron las manos sobre la cabeza.
19 Moisés lo sacrificó y roció con la sangre el altar y sus alrededores.
20 El carnero fue partido en trozos y Moisés quemó la cabeza, los trozos y las entrañas.
21 Después de lavar en agua las entrañas y las patas, y Moisés quemó todo el carnero en el altar, como holocausto de calmante olor, sacrificio por el fuego para Yavé, como Yavé había mandado a Moisés.
22 Hizo luego traer el segundo carnero, el carnero para la consagración, y Aarón y sus hijos impusieron las manos sobre su cabeza.
23 Moisés lo sacrificó y, tomando su sangre, mojó el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, el pulgar de su mano derecha y el pie derecho.
24 Después pidió que se acercaran los hijos de Aarón, les untó con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el pie derecho. Y derramó la sangre en el altar y en su derredor.
25 Luego tomó la grasa, el rabo, la grasa que cubre las entrañas, la que queda junto al hígado, los dos riñones con su grasa y el pernil derecho.
26 Sacó del canastillo de los panes sin levadura que estaba ante Yavé un pan ázimo, una torta de pan amasada en aceite y otra torta, y las puso sobre la grasa y el pernil derecho.
27 Entregó todo esto en manos de Aarón y en manos de sus hijos, haciéndolas mecer como ofrenda mecida ante Yavé.
28 Moisés la recibió luego de sus manos y la quemó en el altar por encima del ho locausto. Este fue el sacrificio de con sagración de calmante olor, sacrificio por el fuego para Yavé.
29 Moisés tomó en tonces el pecho y lo meció como ofrenda mecida ante Yavé; esta porción del carnero de la consagración fue la parte de Moisés, como Yavé se lo había mandado.
30 Después Moisés tomó el óleo de la unción y sangre de la que había encima del altar y roció a Aarón y sus vestiduras, como también a sus hijos y sus vestiduras. Así, pues, los consagró.
31 Entonces, Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: «Asen la carne en la puerta de la Tienda de las Citas y cómanla allí mismo. Coman también el pan consagrado que está en su canasto tal como lo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán;
32 las sobras de la carne y del pan las quemarán.
33 Ustedes no se apartarán de la entrada de la Tienda de las Citas durante siete días, pues hasta el séptimo día sus manos quedarán consagradas.
34 Moisés añadió: Acabamos de hacer lo que Yavé ordenó: hicimos la expiación por ustedes.
35 Ustedes quedarán día y noche a la entrada de la Tienda de las Citas durante siete días. Ustedes deberán observar estas normas no sea que mueran, pues él mismo lo ordenó así.»
36 Aarón y sus hijos hicieron todo como Yavé ordenó por boca de Moisés.

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Comentarios Levítico, capítulo 8
8,1

Al hablar de Moisés que consagra a Aarón, el Levítico quiere resaltar el rito de consagración del sumo sacerdote, pues es el que protege al pueblo de la cólera de Dios (Núm 17,12). Tiene el extraordinario privilegio de entrar cada año en la fiesta del Perdón en el santuario más recóndito del Templo (Heb 9,7). Las vestimentas sagradas que lleva son parte esencial del rito, y de ahí el lugar destacado que ocupan en el Éxodo las reglas de su confección (Éx 26 y 39). Se comprende entonces que ese ungido o mesías del Señor sea un personaje sagrado (en lenguaje bíbli co “persona santa”) a pesar de sus aspectos negativos. Véase al respecto Heb cap. 5-10.
8,8

El urim y el tumim eran los dos dados sagrados que servían para consultar a Dios. Se hacía la pregunta y la posición de los dados indicaba la respuesta. Era el equivalente de la “consulta bíblica” que practican algunas personas, y Dios podía dar respuestas a quienes se acercaban con recta intención. No se debe olvidar sin embargo el error monumental de 2Sam 21,1. El sumo sacerdote los llevaba en su vestimenta, pero no debía hacer uso de ellos.
Levítico (Lev) Capítulo 9
Los sacerdotes inauguran su ministerio
1 El día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel. Entonces dijo a Aarón:
2 «Trae un ternero para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto, ambos sin defecto, para ofrecerlos ante Yavé.
3 Luego hablarás a los hijos de Israel para decirles: Tomen un macho cabrío para el sacrificio por el pecado y un ternero y un cordero, ambos de un año y sin defecto, para el holocausto;
4 para el sacrificio de comunión, un ternero y un carnero que se sacrificarán ante Yavé; y además una ofrenda amasada con aceite, pues hoy Yavé se manifestará delante de ustedes.»
5 Trajeron ante la Tienda lo que Moisés había mandado, y toda la comunidad se acercó, quedándose de pie delante de Yavé. Entonces Moisés dijo:
6 «Esto es lo que Yavé les manda hacer para que se les aparezca la Gloria de Yavé.»
7 Y Moisés dijo a Aarón: «Acércate al altar y ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, haciendo así la expiación por ti mismo y por los tuyos. También presenta la ofrenda del pueblo y haz la expiación por ellos, como Yavé lo ha ordenado.»
8 Acercándose Aarón al altar sacrificó el ternero por su propio pecado.
9 Los hijos de Aarón le presentaron la sangre, y él, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los cuernos del altar y derramó el resto de la sangre al pie del altar.
10 Quemó luego la grasa sobre el altar junto con los riñones y la telilla del hígado de la víctima por el pecado, como Yavé había mandado a Moisés,
11 pero quemó la carne y la piel fuera del campamento.
12 Después sacrificó la víctima del holocausto y los hijos de Aarón le presen taron la sangre, que derramó en el altar y alrededor.
13 Le presentaron la víctima del holocausto en trozos, juntamente con la cabeza, y lo quemó todo sobre el altar.
14 Lavó las entrañas y las patas y las que mó encima del holocausto sobre el altar.
15 Después presentó la ofrenda del pueblo. Tomó el macho cabrío por la expiación por el pueblo. Lo sacrificó como el primero e hizo la expiación.
16 Ofreció el holocausto como ordena el ritual.
17 Además presentó la oblación: tomando un puñado de ella, la quemó en el altar, encima del holocausto de la mañana.
18 Sacrificó asimismo el ternero y el carnero como sacrificios de comunión por el pueblo. Los hijos de Aarón le entregaron la sangre, que él derramó en el altar y en su derredor.
19 En cuanto a las grasas del ternero y del carnero, el rabo, la grasa que cubre las entrañas, los riñones y la telilla del hígado,
20 las pusieron sobre el pecho de las víctimas, y él las quemó sobre el altar.
21 Aarón meció los pechos y el pernil derecho como ofrenda mecida ante Yavé, conforme Moisés había ordenado.
22 Aarón, levantando las manos hacia el pueblo, lo bendijo, y luego descendió, pues terminaba de ofrecer el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de comunión.
23 Entonces Moisés y Aarón entraron en la Tienda de las Citas y, cuando salieron, bendijeron al pueblo. En ese instante la Gloria de Yavé se apareció a todo el pueblo:
24 salió fuego de la presencia de Yavé, que consumió el holocausto y las grasas puestas sobre el altar. Todo el pueblo, al verlo, dio gritos de júbilo y cayó rostro en tierra.
Levítico (Lev) Capítulo 10
La historia de Nadab y Abihú
1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y, después de ponerle incienso, ofrecieron a Yavé un fuego profano.
2 Y en eso, un fuego salió de la presencia de Yavé que los devoró, y murieron allí delante de Yavé.
3 Entonces Moisés dijo a Aarón: «Esto es lo que Yavé había declarado: Daré a conocer mi santidad a través de los que se allegan a mí, y a vista de todo el pueblo seré glorificado.» Aarón no agregó palabra.
4 Moisés llamó a Misael y Elisafam, hijos de Oziel, tío paterno de Aarón, y les dijo: «Acérquense y no dejen a sus hermanos delante del santuario, sino llévenselos fuera del campamento.»
5 Ellos fueron al momento y llevándolos vestidos como estaban con las túnicas de lino, los sacaron fuera, conforme Moisés les mandó.
6 Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No lleven la cabeza cubierta ni rasguen sus vestiduras en señal de duelo, no sea que mueran ustedes y el castigo se extienda a toda la comunidad. Más bien son sus hermanos, toda la gente de Israel, quienes harán duelo por el fuego de Yavé.
7 Ustedes no saldrán de la Tienda de las Citas si no quieren morir, pues está sobre ustedes el óleo de la unción de Yavé.» Ellos actuaron en todo conforme al precepto de Moisés.
8 Yavé dijo a Aarón:
9 «Ni tú ni tus hijos tomen vino ni bebida alcohólica cuando entren a la Tienda de las Citas, no sea que mueran. Esto será un decreto perpetuo para sus descendientes.
10 Así serán capaces de distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro,
11 y enseñar a los hijos de Israel todas los ritos que Yavé les ha dado por medio de Moisés.»
12 Moisés dijo a Aarón, y también a Eleazar e Itamar, los dos hijos que le quedaban: «Tomen lo que queda de la ofrenda del sacrificio de Yavé y cómanla sin levadura junto al altar por ser cosa muy santa.
13 Ustedes lo comerán en lugar santo, ya que es la parte que te corresponde a ti y tus hijos en los sacrificios por el fuego para Yavé, según se me ha ordenado.
14 Tú, y contigo tus hijos e hijas, comerán también en lugar puro el pecho que ha sido mecido y el pernil que ha sido separado, pues son la parte que te corresponde a ti y tus hijos en los sacrificios de comunión que los hijos de Israel me presentan.
15 Los hijos de Israel traerán además de las grasas que van a ser quemadas, el pernil que fue separado y el pecho que fue mecido. Los mecerán ante Yavé, y luego serán para ti y tus hijos para siempre, según lo ha ordenado Yavé.»
16 Entretanto Moisés quiso cerciorarse acerca del macho cabrío del sacrificio por el pecado; pero vio que había sido quemado. Se enojó con Eleazar e Itamar, los hijos que le habían quedado a Aarón,
17 y dijo: «¿Por qué no comieron en lugar sagrado la víctima del sacrificio de expiación? Pues era cosa muy santa que se les daba a ustedes para quitar la falta de la comunidad y para conseguir de Yavé su perdón.
18 Debían haberla comido en lugar sagrado, según les había ordenado, puesto que su sangre no había sido llevada al interior del santuario.»
19 Aarón respondió a Moisés: «Es cierto que han presentado hoy delante de Yavé su sacrificio por el pecado y su holocausto; pero después de lo que me ha sucedido, si yo hubiera comido hoy de la víctima por el pecado,
20 ¿acaso hubiera sido esto grato a Yavé?» Al escuchar esto Moisés se dio por satisfecho.

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Comentarios Levítico, capítulo 10
10,1

El Levítico no puede hablar del culto rendido al Dios Santo sin recordar a los sacerdotes su responsabilidad tan especial por el solo hecho de que “se acercan” a Dios. La afirmación de 10,3 tiene valor para todos los tiempos y lugares: si a veces Dios parece quedar mudo o impotente frente a los que lo insultan, no deja por eso de intervenir cuando se trata de los que son considerados sus representantes.

Este incidente da pie para exponer algunas reglas que debían cumplir los sacerdotes cuando presenciaran una muerte; todo contacto con un cadáver los haría impuros, y no debían contraer ninguna impureza.
10,14

Mecido, separado. Uno de los ritos del sacrificio consistía en mecer delante de Dios el pecho de la víctima: véase Lev 14,21; 23,11. Se verá una aplicación pintoresca de esto en la consagración de los levitas en Núm 8,11.
Levítico (Lev) Capítulo 11
Animales «puros» e «impuros»
1 Yavé habló a Moisés y a Aarón, diciéndoles:
2 «Hablen a los hijos de Israel y díganles: Estos son los animales terrestres que pueden comer.
3 Ustedes comerán el animal de pezuña partida, hendida en dos uñas y que rumia.
4 Pero no comerán el camello que rumia y no tiene dividida la pezuña, sino que será para ustedes impuro.
5 El conejo que rumia, pero no tiene dividida la pezuña, será impuro para ustedes.
6 Lo mismo la liebre.
7 El cerdo, que tiene la pezuña partida, hendida en dos uñas, pero no rumia, será impuro para ustedes.
8 Ustedes no comerán su carne y tampoco tocarán su cadáver: serán impuros para ustedes.
9 Estos son los que hay en el agua y que pueden comer. Ustedes comerán los que tienen aletas y escamas bien vivan en el mar o en los ríos.
10 Pero tendrán por inmundos a todos los seres vivos, todo lo que pulula en el mar o en los ríos, y que no tienen aletas ni escamas.
11 Ustedes los tendrán por inmundos, no comerán de su carne y tendrán sus cadáveres por inmundos:
12 tengan por inmundo todo ser que vive en las aguas y no tiene aletas y escamas.
13 Estas son las aves que tendrán por impuras y que no comerán por ser inmundas:
14 el águila, el quebrantahuesos en todas sus especies,
15 toda clase de cuervos,
16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán en todas sus especies,
17 el búho, el somormujo, el ibis,
18 el cisne, el pelícano, el buitre,
19 la cigüeña, la garza en todas sus especies, la abubilla y el murciélago.
20 Ustedes tendrán por inmundo a todo insecto alado que anda sobre cuatro patas.
21 Pero, tratándose de los insectos alados que andan sobre cuatro patas, podrán comer aquellos que, además de sus cuatro patas, tienen piernas para saltar sobre el suelo.
22 De ellos podrán comer: la langosta en sus diversas especies y toda clase de solam, de jargol y de jagab.
23 Cualquier otro insecto alado de cuatro patas será para ustedes impuro.
24 Con sólo tocar estos animales, ustedes contraerán impureza. El que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde.
25 El que levante alguno de sus cadáveres tendrá que lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde.
26 Ustedes tendrán por impuros a todos los animales que tienen pezuña no partida en dos uñas y no rumian; todo aquel que los toque quedará impuro.
27 Ustedes tendrán por impuros a todos los cuadrúpedos que andan sobre las plantas de sus patas.
28 El que toque el cadáver de uno de ellos quedará impuro hasta la tarde; el que levante el cadáver tendrá que lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. Estos animales son impuros para ustedes.
29 Estos son los reptiles que andan arrastrándose por el suelo y que serán impuros para ustedes: la comadreja, el ratón, el lagarto en sus diversas especies,
30 la musaraña, el camaleón, la salamandra, la lagartija y el topo.
31 Ustedes tendrán por impuros a todos esos reptiles. El que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde.
32 Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres, ya sea un artefacto de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro hasta la tarde; después quedará puro.
33 Si cae uno de estos cadáveres en una vasija de barro, cuanto haya dentro de ella quedará impuro y habrá que romper la vasija.
34 Toda cosa comestible preparada con dicha agua será impura y toda bebida que se tome en una de esas vasijas será impura.
35 Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el horno y el doble fogón serán derribados; son impuros y los tendrán por impuros
36 (solamente las fuentes y pozos donde se recogen las aguas permanecerán puras), pero el que toque sus cadáveres quedará impuro.
37 Si alguno de esos cadáveres cae sobre semillas que han de sembrarse, quedarán puras;
38 pero si cae sobre semilla mojada, la tendrán por impura.
39 Cuando muera uno de esos animales de los que puedan comer, el que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde.
40 El que coma de su cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde; el que levante un cadáver habrá de lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde.
41 Tendrán por inmundo todo reptil que anda arrastrándose sobre la tierra; es cosa inmunda; no se podrá comer.
42 No comerán aquellos que caminan sobre su vientre o que se arrastran por el suelo sobre cuatro patas o sobre muchas patas; ustedes los tendrán por inmundos.
43 No se hagan inmundos con ninguno de estos reptiles que se arrastran: no se hagan impuros con ellos ni dejen que a ustedes los hagan impuros.
44 Porque yo soy Yavé, Dios de ustedes; santifíquense y sean santos, porque yo soy santo, y no se hagan impuros con ninguno de esos reptiles que se arrastran por el suelo,
45 pues yo soy Yavé, el que los ha sacado del país de Egipto para ser su Dios. Sean, pues, santos porque yo soy Santo.
46 Esta es la ley acerca de los animales, de las aves, y de todos los seres vivientes que se mueven en el agua, y de todos los que andan arrastrándose sobre la tierra.
47 Sepan distinguir entre lo impuro y lo puro, entre el animal que puede comerse y el que no.»

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Comentarios Levítico, capítulo 11
11,1

Da comienzo aquí la exposición de las leyes relativas a lo puro y a lo impuro. Un pueblo santo, consagrado a Dios, debía apartarse de todo lo que fuera indigno de él. Es impuro lo que provoca un desorden y ya no autoriza a la persona para participar en las asambleas del culto. Habrá por tanto que purificarse, generalmente por medio de baños.

Comer y vestirse eran las actividades principales de las sociedades antiguas; se entiende entonces que hayan sido objeto de numerosos preceptos religiosos. La comunidad judía después del Exilio procuraba marcar su identidad distinguiéndose de los demás pueblos en todos los campos de la vida práctica; por esa razón da aquí una importancia tan destacada al discernimiento de los alimentos que se consideraban puros e impuros.

La abstención de algunos alimentos o algunas mezclas alimenticias podía parecer un constreñimiento, pero en realidad indicaba una manera de tener a Dios presente en todo y de demostrarle fidelidad. Muchos israelitas prefirieron morir antes que cometer ese tipo de faltas (2Ma 6,18; Dan 1,8).

Jesús abrirá nuevos horizontes (Mc 7,15) evitando así el peligro de confundir la fe en el Dios Amor con prácticas culinarias; pedirá también que la solidaridad con los hermanos de religión no signifique nunca una exclusión o un desprecio de los demás. Las discriminaciones de la Ley nos recuerdan sin embargo que si bien la actitud interior es lo que distingue a los verdaderos creyentes de los demás, la disciplina exterior será una ayuda para ser conscientes del propio espíritu.
11,20

Esta es una extraña manera de contar las patas de los insectos; el alimento de Juan Bautista (Mc 1,6) era puro y las langostas tostadas se encuentran en las mesas en algunos países con toda normalidad.
Levítico (Lev) Capítulo 12
Ley referente a la mujer que acaba de dar a luz
1 Yavé habló a Moisés para decirle:
2 «Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando una mujer conciba y tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días, igual que en el tiempo de sus reglas.
3 El niño será circuncidado en su carne al octavo día,
4 pero ella esperará treinta y tres días para ser purificada de su sangre. No tocará ninguna cosa santa, ni entrará en el santuario, hasta que se cumplan los días de su purificación.
5 Si dio a luz una niña, estará impura dos semanas, y lo mismo será doble el tiempo de su purificación: esperará sesenta y seis días la purificación de su sangre.
6 Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o niña, presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas, un cordero de un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado.
7 El sacerdote lo ofrecerá ante Yavé haciendo expiación por ella, y quedará purificada del flujo de su sangre. Esta es la ley referente a la mujer que da a luz a un niño o una niña.
8 Si la mujer no puede ofrecer una res menor, ofrecerá dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; el sacerdote hará expiación por ella y quedará pura.»

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Comentarios Levítico, capítulo 12
12,1

El autor bíblico demuestra ser hijo de una cultura que veía impureza en cualquier derrame de fluidos corporales. La mujer por supuesto tenía muchas más ocasiones de sentirse impura. En 12,5 se encuentra una de las discriminaciones más chocantes de la Biblia y habrá que esperar al Nuevo Testamento para que se anule tal inferioridad, al menos en teoría.
Levítico (Lev) Capítulo 13
Ley referente a la lepra
1 Yavé habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
2 «Cuando uno tenga en su piel tumor, erupción o mancha blanca y se forme en su piel como una llaga de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes.
3 El sacerdote examinará la llaga; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y la llaga parece hundida en la piel, es llaga de lepra; cuando el sacerdote lo haya comprobado, lo declarará impuro.
4 Pero si hay en la piel una mancha blanca que no parezca hundida en la piel, y si el pelo no se ha vuelto blanco, el sacerdote recluirá durante siete días al afectado.
5 Al séptimo día lo examinará y, si comprueba que la llaga subsiste pero no se ha extendido por la piel, el sacerdote lo recluirá otros siete días.
6 Pasados estos días lo volverá a examinar; si ve que la llaga ha perdido su color y no se ha extendido en la piel, el sacerdote lo declarará puro; no se trata más que de una erupción. El afectado lavará sus vestidos y será puro.
7 Pero si sigue la erupción y se extiende por la piel, el sacerdote lo examinará de nuevo.
8 El sacerdote, al comprobar que la erupción se extiende por la piel, lo declarará impuro. Es un caso de lepra.
9 En cuanto una persona tenga una llaga de lepra, la llevarán al sacerdote.
10 El la examinará y, si observa un tumor blanco en la piel, si el pelo se ha vuelto blanco y se nota una úlcera en la hinchazón,
11 se trata de lepra arraigada en su piel; el sacerdote lo declarará impuro sin esperar más, porque es impuro.
12 Si la lepra se ha desarrollado sobre la piel hasta cubrirla de la cabeza hasta los pies, por cuanto el sacerdote alcance a verlo,
13 éste lo examinará. A pesar de que esa lepra cubra todo el cuerpo, declarará pura la persona. Con tal de que todo sea blanco, la persona es pura.
14 Pero en cuanto se vea una llaga, será impura.
15 Si el sacerdote ve una llaga la declarará impura. La llaga significa impureza y lepra.
16 Pero si la llaga cambia, volviéndose blanca, el afectado ha de presentarse al sacerdote.
17 Este lo examinará y, si la llaga se ha vuelto blanca, lo declarará puro: porque es puro.
18 Cuando alguien lleva en la carne o en la piel una úlcera, puede ser que sane la úlcera;
19 pero si en su lugar aparece un tumor blanco, o una mancha blanca y rojiza, entonces la persona tendrá que presentarse al sacerdote.
20 Este la examinará y, si la mancha parece hundida en la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote la declarará impura: una llaga de lepra se ha desarrollado en la úlcera.
21 Pero, si el sacerdote ve que no hay pelo blanco en la mancha ni está hundida en la piel, y que se ha secado, recluirá la persona por siete días.
22 Si entonces la mancha se extiende por la piel, el sacerdote declarará la persona impura; es un caso de lepra.
23 Si, en cambio, la mancha no se ha extendido, es la cicatriz de la úlcera; el sacerdote declarará la persona pura.
24 Cuando alguien haya tenido una quemadura de la piel, y ésta se haya curado formándose una mancha de color blanco o rojizo,
25 el sacerdote la examinará; si el pelo se ha vuelto blanco, y la mancha parece hundida en la piel, es que se ha producido lepra en la quemadura. El sacerdote declarará la persona impura: es un caso de lepra.
26 Si, en cambio, ve que no aparece pelo blanco en la mancha, que no está hundida la piel, recluirá la persona siete días.
27 Al séptimo día la examinará, y, si se ha extendido por la piel, la declarará impura; es lepra.
28 Pero, si la mancha no se ha extendido y ha perdido color, se trata de la costra de la quemadura; el sacerdote declarará la persona pura, pues es la cicatriz de la quemadura.
29 Cuando un hombre o una mujer tengan una llaga en la cabeza o en la barbilla,
30 el sacerdote examinará la llaga, y si ésta parece hundida en la piel, y si hay en ella pelo amarillento y más ralo, el sacerdote lo declarará impuro; es tiña, o sea, lepra de la cabeza o de la barbilla.
31 Pero, si el sacerdote ve que la llaga no parece hundida en la piel y no hay en ella pelo amarillo, recluirá la persona por siete días.
32 Al séptimo día el sacerdote examinará el mal, y, si no se ha extendido la tiña y no hay pelo amarillento, ni la llaga parece más hundida que la piel,
33 aquella persona se afeitará menos en el lugar de la tiña, y el sacerdote la recluirá otra vez por siete días.
34 Al séptimo día la examinará y, si no se ha extendido la llaga por la piel, ni aparece más hundida que la piel, la declarará pura.
35 Si esa tiña, después de esta declaración, se va extendiendo por la piel,
36 el sacerdote, al comprobar que la tiña se ha extendido, ya no tendrá que buscar pelo amarillento; aquella persona es impura.
37 Pero, si le parece que la tiña no se ha extendido y ha brotado en ella pelo negro, esa persona ha sanado de la tiña: es pura, y así lo declarará el sacerdote.
38 Cuando un hombre o una mujer tengan en su piel manchas brillantes blancas,
39 el sacerdote las examinará; si comprueba que las manchas de la piel son de color blanco, se trata de una eczema que ha brotado en la piel; esta persona es pura.
40 Si a alguno se le cae el pelo de la cabeza y queda calvo, es puro.
41 Si se le cae el pelo por la parte delantera de la cabeza, es un calvo por delante; queda puro.
42 Pero si en la calva, por detrás o por delante, aparece una llaga de color blanco rojizo, es lepra que se ha producido en la calva, sea por detrás o por delante.
43 El sacerdote lo examinará y, si la hinchazón de la llaga en la parte calva es de color blanco rojizo, con aspecto de lepra en la piel,
44 se trata de un leproso, es impuro. El sacerdote lo declarará impuro: tiene lepra en la cabeza.
45 El leproso que tiene llaga de lepra llevará los vestidos rasgados e irá despeinado; se cubrirá hasta el bigote y tendrá que gritar: «¡Impuro, impuro!»
46 Todo el tiempo que dure la llaga, quedará impuro y, siendo impuro, vivirá solo; se quedará fuera del campamento.
La «lepra» de los objetos
47 Cuando aparezca una llaga de lepra en un vestido de lana o de lino,
48 sea en la urdimbre o en la trama del lino o lana, o en una piel o en cualquier objeto de cuero,
49 si la mancha en el vestido o en la piel, en la urdimbre o en la trama, o en cualquier objeto hecho de cuero tiene color verdoso o rojizo, es llaga de lepra y debe ser mostrada al sacerdote.
50 El sacerdote examinará la mancha y encerrará el objeto manchado durante siete días.
51 Al séptimo, el sacerdote examinará la mancha y, si se ha extendido por el vestido, sea en la urdimbre o en la trama, por la piel o por un objeto de cuero, es un caso de lepra maligna;
52 será quemado.
53 Si el sacerdote ve que la mancha no se ha extendido por el vestido, en la urdimbre o en la trama o por el objeto de cuero,
54 hará lavar el objeto manchado y lo encerrará otros siete días.
55 Si el sacerdote ve que la mancha, después de haber sido lavada, no ha cambiado de aspecto, el objeto es impuro, aun en caso de que la mancha no se haya extendido. Lo entregarás al fuego: es una corrosión por el derecho o por el revés.
56 En cambio, si el sacerdote ve que la parte manchada, después de lavada, ha perdido color, la rasgará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama.
57 Pero si vuelve a aparecer en el vestido, en la urdimbre o en la trama, en el objeto de cuero, ha vuelto la lepra, por lo que quemarás el objeto que está afectado.
58 El vestido, la urdimbre o la trama o el objeto de cuero que después de ser lavados pierdan la mancha, serán lavados por segunda vez y quedarán puros.
59 Esta es la ley para la mancha de lepra que se halla en los vestidos de lana o de lino, en la urdimbre o en la trama o en cualquier objeto hecho de cuero, para declararlos puros e impuros.»

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Comentarios Levítico, capítulo 13
13,1

En varios pasajes del evangelio se narra que Jesús cura a leprosos. Tal vez la lepra de que hablan los textos bíblicos no concidía con la enfermedad actualmente identificada bajo ese nombre. En aquellos tiempos se consideraba muy contagiosa, y el hecho de que se extendiera por la piel sin que se conociera medicamento alguno que la contrarestase había llevado a que se excluyeran a los leprosos de los lugares habitados. Vivían aparte en grupos. Sabiendo que Dios es justo, muchos pensaban que Dios permitía esa en fermedad para castigar a los que habían pecado.
13,8

Aparece aquí el rol del sacerdote, que a menudo cumplía funciones de justicia. A él le correspondía discernir, juzgar, reconciliar con Dios por medio de un sacrificio y reintegrar al leproso en su comunidad; véase la palabra de Jesús en Mc 1,44.
13,47

Con la palabra lepra se identificaban también ciertas alteraciones y hongos en piedras, vestidos y mantas, así como en odres y otros objetos de cuero. Eran consideradas causa de impureza y por tanto quedaban sometidas al mismo tratamiento.
Levítico (Lev) Capítulo 14
La purificación del leproso
1 Yavé habló a Moisés y le dijo:
2 «Esta es la ley para el día de la purificación del leproso, cuando lo lleven al sacerdote.
3 El sacerdote saldrá fuera del campamento para examinarlo y comprobar que la llaga de la lepra ha sido sanada.
4 El sacerdote mandará traer para el que ha de ser purificado dos pájaros vivos y puros, madera de cedro, escarlata e hisopo.
5 Después mandará sacrificar uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua fresca.
6 Tomará luego el pájaro vivo, la madera de cedro, la escarlata y el hisopo, y los mojará, incluso el pájaro vivo, en la sangre del pájaro inmolado sobre el agua fresca.
7 Rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, y tras declararlo puro, soltará en el campo el pájaro vivo.
8 El que ha sido purificado lavará sus vestidos, se afeitará todo su pelo, se bañará en agua y quedará puro, y luego volverá al campamento. Pero tiene que quedarse primero siete días fuera de su tienda,
9 y es al día séptimo cuando se afeitará todo el pelo, la cabellera, la barba y las cejas, es decir, se afeitará todo su pelo; lavará también sus vestidos, bañará su cuerpo en agua y quedará limpio.
10 El día octavo tomará dos corderos sin defecto y una oveja de un año sin defecto; y como oblación tres décimas de flor de harina amasada con aceite y un cuartillo de aceite.
11 El sacerdote que hace la purificación presentará a la persona que se purifica, junto con todas esas cosas, a la entrada de la Tienda de las Citas, delante de Yavé.
12 El sacerdote tomará uno de los corderos para ofrecerlo como sacrificio por el delito, además del cuartillo de aceite, y lo mecerá como ofrenda ante Yavé.
13 Luego sacrificará el cordero en el lugar donde se sacrifica el sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar puro; porque la víctima por el pecado, tanto como la víctima por el delito, pertenece al sacerdote: es una cosa muy santa.
14 Después el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y mojará el lóbulo de la oreja derecha del que se está purificando, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho.
15 Y, tomando el cuartillo de aceite, el sacerdote echará parte del aceite en la palma de su mano izquierda.
16 Después untará el dedo de su mano derecha en el aceite que tiene en su mano izquierda, y con su dedo hará siete aspersiones de aceite delante de Yavé.
17 Con el aceite restante que tiene en su mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, sobre la sangre de la víctima de reparación.
18 Y el aceite que quede en la mano del sacerdote, lo echará sobre la cabeza del que se purifica haciendo en esta forma la expiación por él ante Yavé.
19 El sacerdote ofrecerá el sacrificio por el pecado y hará su reparación por el que se purifica de su impureza; después inmolará el holocausto,
20 y ofrecerá sobre el altar el holocausto y la oblación. De esta manera el sacerdote hará la súplica por él y quedará limpio.
21 Si el leproso es demasiado pobre para pagar todo eso, tomará un solo cordero como sacrificio de reparación, como ofrenda mecida para hacer reparación por él, y además como oblación una décima de flor de harina amasada con aceite, un cuartillo de aceite
22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos, uno como sacrificio por el pecado y otro como holocausto.
23 Al octavo día, los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas, para su purificación delante de Yavé.
24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio por el delito y el cuartillo de aceite, y los mecerá como ofrenda ante Yavé.
25 Después de haber sacrificado el cordero del sacrificio por el delito, el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y mojará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica y el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho.
26 Luego derramará parte del aceite sobre la palma de su mano izquierda;
27 con un dedo de su mano derecha hará ante Yavé siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda;
28 untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el del pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la víctima por el delito.
29 Derramará el resto del aceite que le quede en la mano sobre la cabeza del que se purifica, haciendo reparación por él ante Yavé.
30 Luego sacrificará una de las tórtolas o pichones,
31 según los recursos del que ofrece, uno como sacrificio del pecado y otro como holocausto, además de la oblación. De este modo el sacerdote hará la expiación ante Yavé por aquel que se purifica.
32 Esta es la ley de purificación para el leproso de escasos recursos.»
La «lepra» de las casas
33 Yavé habló a Moisés y a Aarón y les dijo:
34 «Cuando hayan entrado en la tierra de Canaán que yo les daré en posesión, si yo castigo con la lepra alguna de las casas de la tierra que van a poseer,
35 el propietario de la casa irá a avisarle al sacerdote diciendo: «He visto en mi casa algo que parece lepra.»
36 Antes de ir para examinar esa plaga, el sacerdote ordenará que desocupen la casa, no sea que lo que hay en ella pase a ser impuro. Después irá a examinar la casa.
37 Si ve que la llaga está en las paredes de la casa en forma de cavidades verdosas y rojizas que parecen hundidas en la pared,
38 el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y la cerrará durante siete días.
39 Volverá al día séptimo y si comprueba que la mancha se ha extendido por las paredes,
40 mandará arrancar las piedras manchadas y arrojarlas fuera de la ciudad en un lugar impuro.
41 Hará raspar todo el interior de la casa, y echará fuera de la ciudad, en un lugar impuro, el polvo que hayan quitado.
42 Luego tomarán piedras y las colocarán en el lugar de las primeras, y también mezcla nueva para revocar la casa.
43 Si la mancha vuelve a extenderse por la casa después de haber arrancado las piedras y de haberlas raspado y revocado,
44 el sacerdote entrará de nuevo; y si comprueba que la mancha se ha extendido por la casa, hay un caso de lepra maligna en la casa y está impura.
45 En este caso se derribará la casa. Sus piedras, sus maderas y todo el material de la casa serán sacados fuera de la ciudad a un lugar impuro.
46 Quien entre en esa casa durante el tiempo que esté clausurada quedará impuro hasta la tarde.
47 El que duerma en ella habrá de lavar sus ves tidos, como también el que coma en ella.
48 Pero si el sacerdote comprueba al entrar que, después de revocada la casa, la mancha no se ha extendido por ella, la declarará pura, pues ha sanado del mal.
49 Entonces ofrecerá por la casa un sacrificio por el pecado; tomará dos pájaros, madera de cedro, escarlata e hisopo;
50 sacrificará uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua fresca,
51 y tomando la madera de cedro, el hisopo y escarlata, con el pájaro vivo, los mojará en la sangre del pájaro sacrificado y en el agua fresca; luego rociará la casa siete veces.
52 Así hará la expiación por la casa con la sangre del pájaro, el agua fresca, el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la escarlata.
53 Luego soltará el pájaro vivo fuera de la ciudad, en el campo. De este modo hará reparación por la casa, la cual quedará pura.
54 Esta es la ley para todo tipo de lepra o tiña,
55 para la lepra del vestido y de la ca sa,
56 para los tumores, erupciones y manchas.
57 Con esto se sabrá cuándo uno es puro o impuro. Esta es la ley de la lepra.»
Levítico (Lev) Capítulo 15
«Impurezas» sexuales
1 Yavé habló a Moisés y a Aarón para decirles:
2 «Hablen a los hijos de Israel y díganles: Cualquier persona que padezca un derrame es impura por este derrame.
3 Y ésta es la ley de la impureza por algún derrame: sea que su cuerpo deje destilar el derrame o lo retenga, es impuro.
4 Toda cama en que duerma el que padece derrame será impura.
5 Quien toque esta cama deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde.
6 Quien se siente en un mueble donde se haya sentado cualquiera que padezca derrame, deberá lavar sus vestidos y luego bañarse en agua, y será impuro hasta la tarde.
7 Quien toque el cuerpo del que padece derrame lavará sus vestidos, se bañará y será impuro hasta la tarde.
8 Si el que tiene derrame escupe sobre un hombre puro, éste deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde.
9 Todo aparejo sobre el que haya montado el que padece derrame será impuro.
10 Si otra persona toca un objeto que ha estado debajo de él, quedará impura hasta la tarde; si lleva este objeto, tendrá que lavar sus vestidos y luego bañarse y será impura hasta la tarde.
11 Todo aquel a quien toque el que padece derrame, si no se lava las manos, deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde.
12 Toda vasija de barro tocada por el que padece derrame será rota y todo utensilio de madera será lavado en agua.
13 Para ser purificada de su derrame, esta persona deberá contar siete días; después lavará sus vestidos, se bañará en agua fresca y quedará pura.
14 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones y se presentará ante Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas para entregarlos al sacerdote.
15 Este los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado, el otro como holocausto; así el sacerdote hará la expiación ante Yavé por esa persona y por su derrame.
16 El hombre que tenga derrame seminal lavará con agua todo su cuerpo y quedará impuro hasta la tarde.
17 Toda ropa y todo cuerpo sobre los cuales se haya derramado el semen serán lavados con agua y quedarán impuros hasta la tarde.
18 Cuando una mujer ha tenido relaciones sexuales con un hombre, ambos deben lavarse con agua y quedan impuros hasta la tarde.
19 La mujer que ha tenido sus reglas será impura por espacio de siete días, por ser un derrame de sangre de su cuerpo. Quien la toque será impuro hasta la tarde.
20 Todo aquello en que se acueste durante su impureza quedará impuro, lo mismo que todo aquello sobre lo que se siente.
21 Quien toque su cama deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y permanecerá impuro hasta la tarde.
22 Quien toque un asiento sobre el que se ha sentado deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde.
23 Quien toque algo que se puso sobre el lecho o sobre el mueble donde ella se ha sentado quedará impuro hasta la tarde.
24 Si un hombre se acuesta con ella a pesar de su impureza, comparte su impureza y queda impuro siete días; toda cama en que él se acueste será impura.
25 Si una mujer tiene derrame de sangre durante muchos días, fuera del tiempo de sus reglas, o si éstas se prolongan, quedará impura durante todo este tiempo, como en los días del derrame menstrual.
26 Toda cama en que se acueste mientras dure su derrame será impura, como la cama en la que estuvo en tiempo de sus reglas, y cualquier mueble sobre el que se siente quedará impuro igual.
27 Quien los toque quedará impuro; deberá lavar sus vestidos y bañarse, y quedará impuro hasta la tarde.
28 Una vez que sane de su derrame, contará siete días, quedando después pura.
29 Al octavo día tomará para sí dos tór tolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda de las Citas.
30 Este los ofrecerá, uno como sa crificio por el pecado y el otro como holocausto, y hará la expiación por ella an te Yavé, por el derrame que la hacía impura.
31 Ustedes pondrán sobre aviso a los hijos de Israel respecto de sus impurezas, no sea que mueran debido a ellas, en el caso de que contaminen mi Morada, que está en medio de ellos.
32 Esta es la ley referente al hombre que padece derrame o que es impuro debido a un derrame seminal,
33 a la mujer que ha tenido su derrame menstrual, a aquel que padece de derrame, sea varón o mujer, y a aquel que se acueste con una mujer en período de impureza.»

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Comentarios Levítico, capítulo 15
15,1

Las impurezas sexuales de las que aquí se habla no deben confundirse con las faltas contra la moral sexual mencionadas en los capítulos 18-19. Se prosigue aquí con reglas relativas a la pureza exterior que permiten participar en el culto. No está de más decir que esas reglas y purificaciones favorecían el cuidado del estado corporal y las precauciones higiénicas.
Levítico (Lev) Capítulo 16
El gran día del perdón
1 Yavé habló a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, los que murieron al acercarse a Yavé.
2 Le dijo: «Di a tu hermano Aarón que no entre en cualquier tiempo en el Santuario que está detrás del velo, ni se presente ante el lugar del Perdón que está encima del Arca, no sea que muera, pues es allí donde yo me manifiesto en medio de la nube, encima del Lugar del Perdón.
3 Para que pueda entrar en el Santuario, Aarón deberá procurarse un novillo para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto.
4 Se vestirá la túnica sagrada de lino, se cubrirá con calzones de lino, se ceñirá una faja de lino y se pondrá un turbante de lino. Estas son las vestiduras sagradas que vestirá después de haberse lavado con agua.
5 Recibirá de la comunidad de los hijos de Israel dos machos cabríos para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto.
6 Al ofrecer su novillo por el pecado, hará la expiación por sí mismo y por los de su familia.
7 Luego tomará los dos machos cabríos y los presentará ante Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas.
8 Aarón echará suertes sobre los dos machos cabríos, uno para Yavé y otro para Azazel.
9 Presentará el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte para Yavé y lo ofrecerá como sacrificio por el pecado.
10 El macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte para Azazel, será llevado vivo delante de Yavé, harán sobre él el rito de expiación y depués lo mandarán al desierto, a Azazel.
11 Aarón presentará el novillo que trajo para el sacrificio por el pecado, haciendo la expiación por sí mismo y por los de su casa. Luego lo sacrificará.
12 Tomará del altar que está ante Yavé un incensario lleno de brasas y dos puñados de incienso aromático en polvo
13 y lo llevará todo detrás del velo. Pondrá el incienso sobre el fuego delante de Yavé de manera que la nube del incienso envuelva el Lugar del Perdón que está encima del Arca, no sea que muera.
14 Luego, tomando la sangre del novillo, rociará con su dedo la parte delantera del Lugar del Perdón. Hará siete aspersiones de sangre con su dedo delante del lugar del Perdón.
15 Después sacrificará el macho cabrío que fue reservado para el sacrificio por el pecado del pueblo, y llevará su sangre detrás del velo. Haciendo con su sangre lo mismo que hizo con la sangre del novillo, rociará el Lugar del Perdón en su parte anterior.
16 Así hará la expiación por el Santuario, debido a las impurezas de los hijos de Israel, a sus faltas y a todos sus pecados. Así hará por la Tienda de las Citas, que mora con ellos en medio de sus impurezas.
17 No habrá nadie en la Tienda de las Citas cuando Aarón entre en el Santuario para hacer la expiación, hasta que salga. Después de hacer la expiación por sí, por los de su familia y por toda la comunidad de Israel,
18 saldrá hacia el altar que está ante Yavé y hará sobre él la expiación. Tomará sangre del novillo y del macho cabrío que esparcirá en su derredor después de untar los cuernos del altar.
19 Hará con su dedo siete aspersiones de sangre sobre el altar, y así lo purificará de las impurezas de los hijos de Israel y lo santificará.
20 Acabada la expiación del Santuario, de la Tienda de las Citas y del altar, Aarón presentará el macho cabrío vivo.
21 Im poniendo ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, hará confesión sobre él de todos los pecados de los hijos de Israel, tanto de sus maldades como de sus faltas. Y después de cargarlas sobre la cabeza del macho cabrío, lo enviará al desierto por medio de un ayudante.
22 Así el macho cabrío llevará sobre sí todas las maldades de ellos hacia un lugar árido, y el que lo lleve lo soltará en el desierto.
23 Luego entrará Aarón en la Tienda de las Citas y, despojándose de las vestiduras de lino con que se había vestido al entrar en el Santuario, las dejará allí.
24 Entonces lavará su cuerpo con agua en un lugar sagrado y se pondrá sus vestiduras. Y saldrá para ofrecer su holocausto y el holocausto del pueblo; luego hará la expiación por sí mismo y por el pueblo
25 y quemará sobre el altar el sebo de la víctima por el pecado.
26 El hombre encargado de soltar el macho cabrío para Azazel se bañará y lavará sus vestidos en agua; después volverá al campamento.
27 En cuanto al novillo del sacrificio por el pecado y el macho cabrío inmolado por el pecado, cuya sangre fue introducida en el Santuario para hacer la expiación, serán sacados fuera del campamento y quemarán con fuego sus pieles, su carne y sus excrementos.
28 El que los queme deberá lavar sus vestidos y bañarse; entonces volverá al campamento.
29 Este será para ustedes un rito perpetuo. En el mes séptimo, el día décimo, ustedes ayunarán y no harán trabajo alguno, tanto el israelita como el forastero que viva con ustedes.
30 En este día se hará expiación por ustedes; así serán purificados y quedarán limpios de todos sus pecados ante Yavé.
31 Será para ustedes un Gran sábado en el que ayunarán. Esta es una ley perpetua.
32 El sacerdote al que hayan ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre, hará la expiación. Se vestirá con las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas, y hará el rito de expiación por el Santuario Sagrado, por la Tienda de las Citas y el altar.
33 Lo hará también por los sacerdotes y por toda la comunidad del pueblo. 34 Esta será para ustedes una ley perpetua. Una vez al año harán el rito de expiación por todos los pecados de los Israelitas.»
34 Y lo hicieron como Yavé había mandado a Moisés.

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Comentarios Levítico, capítulo 16
16,1

La conciencia del pecado se había desarrollado; ciertamente existían medios para purificarse o reparar las faltas cometidas, pero el pueblo sentía la necesidad de una reconciliación pública y oficial.

Esta ansia de perdón se manifiesta en el Evangelio con ocasión de la predicación de Juan Bautista. El perdón de los pecados fue concedido por Jesús a su Iglesia como un efecto de su resurrección: somos reconciliados con Dios por el hecho de que nos ha sido comunicado el Espíritu.

Eso no obstante, aunque la experiencia cristiana del perdón de Dios es algo totalmente nuevo que marca profundamente a la persona, no hay que subestimar la reconciliación que Dios concedía entonces conforme a su promesa. La fiesta de la Expiación, en hebreo el Yom Kippur, adquirió una importancia mucho más grande a partir del siglo cuarto ( en Ne 8 no se menciona). El ritual combinaba un rito antiguo, el de los dos chivos, en el que uno de ellos era enviado al desierto (como se hacía con los dos pajaros en Lev 14,5) y un rito más reciente, muy semejante a los demás sacrificios por el pecado (vv.6,11-19).
Levítico (Lev) Capítulo 17
LEY DE LA SANTIDAD
1 Yavé dijo a Moisés:
2 «Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel y diles: Esta es la orden que ha dado Yavé:
3 Cualquier hombre del pueblo de Israel que sacrifique un ternero, una oveja o una cabra dentro del campamento o fuera del mismo,
4 y no lo lleve a la entrada de la Tienda de las Citas para presentarlo como ofrenda a Yavé ante su Morada, será considerado como reo de sangre. Y por haber derramado sangre, será borrado de su pueblo.
5 Los hijos de Israel no sacrificarán más sus víctimas en el campo, sino que las traerán al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas. Allí las ofrecerán a Yavé como sacrificios de comunión.
6 El sacerdote derramará la sangre sobre el altar de Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas y quemará las grasas como calmante olor para Yavé.
7 De este modo ellos ya no seguirán ofreciendo sacrificios a esos chivos a los que servían y tras los cuales se prostituían.
7 Este será un decreto perpetuo para ellos, de generación en generación.
8 Y les dirás también: Si un israelita o uno de los forasteros que viven en medio de ustedes ofrece un holocausto u otro sacrificio,
9 y no lo lleva a la entrada de la Tienda de las Citas para ofrecerlo a Yavé, ése será borrado de entre los suyos.
No comerán sangre
10 Si un hombre de Israel o de los forasteros que viven en medio de ustedes come cualquier clase de sangre, aborreceré a esta persona que come sangre y la exterminaré.
11 Porque el alma de todo ser viviente está en su sangre, y yo les di la sangre para que la lleven al altar para el rescate de sus almas, pues esta sangre paga la deuda del alma.
12 Por eso he dicho a los hijos de Israel: “Ninguno de ustedes comerá sangre, ni tampoco el forastero que viva entre ustedes.”
13 Si un hombre de Israel, o alguno de los extranjeros que viven en medio de ustedes, caza un animal o ave que está permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.
14 Porque la sangre de todo ser viviente es su misma alma. Por eso mandé a los hijos de Israel: “No comerán la sangre de ningún animal, pues la sangre es su alma misma.” Quien la coma será eliminado.
15 Toda persona nacida en el país, o todo forastero que haya comido carne de animal muerto o destrozado deberá lavar sus vestidos y bañarse en agua, y quedará impuro hasta la tarde; después será puro.
16 Si no los lava ni se baña, cargará con su falta.»

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Comentarios Levítico, capítulo 17
17,1

Siguen a continuación dos leyes cuyas motivaciones son muy distintas y cuyo único punto en común es que tienen que ver con los animales que se matan para comerlos.

El Deuteronomio, anterior a este libro, distinguía entre el hecho de matar para comer, lo que se permitía en todos los lugares, y el de matar a un animal para ofrecerlo, que sólo estaba permitido hacerlo en el templo de Jerusalén (Dt 12,4 y 12,15). El texto sin embargo recalca que el permiso para matar a un animal a fin de consumir su carne era una concesión por ser el país demasiado extenso.

El Levítico retira esa concesión pues Israel ahora está reducido solamente a la provincia judía y no toda, y además el acceso a Jerusalén resulta más fácil. Se reafirma pues, con más fuerza que en el pasado, que el Templo es el único lugar donde se puede derramar sangre. Sin embargo la expresión “en el campamento o fuera de él” (17,3) debe entenderse “en la ciudad santa o fuera de la ciudad santa”, lo que deja la puerta abierta para concesiones.
17,10

La mayoría de los pueblos primitivos creían que la vida radicaba en la sangre, y los hebreos también. Por eso la sangre era sagrada y solamente podía ser ofrecida a Dios (Gén 9,5). Si no se sacrifica en el altar, debe ser derramada al suelo, pero no se puede comer. Nosotros dudaríamos en quebrantar esta ley si en el primer concilio de Jerusalén (He 15) los apóstoles y la Iglesia primitiva no hubieran liberado de la Ley a los cristianos. Tal era la repulsa que los judíos sentían hacia la sangre, que durante algunos años los cristianos provenientes de otras naciones tuvieron que respetar esta ley en las Iglesias de origen judío (He 21,25).
17,13

La obligación es la misma para los israelitas y para los no judíos que viven en su tierra: la impureza de los que no eran judíos obligaba a los judíos a no entrar bajo su techo si querían permanecer puros (Lc 7,6).
Levítico (Lev) Capítulo 18
La «ley de la santidad»
1 Yavé dijo a Moisés:
2 «Habla a los hijos de Israel; les dirás: Yo soy Yavé, tu Dios.
3 No hagan lo que se hace en la tierra de Egipto, donde ustedes han vivido, ni hagan lo que se hace en la tierra de Canaán, hacia donde los llevo. Ustedes no seguirán sus tradiciones.
4 Son mis decisiones las que seguirán, y mis tradiciones las que guardarán, viviendo de acuerdo a ellas, pues Yo soy Yavé.
5 Guarden mis tradiciones y mis decisiones, pues el que las cumpla vivirá gracias a ellas: ¡Yo soy Yavé!
6 Ninguno de ustedes se acercará a una pariente directa para tener relaciones con ella: ¡Yo soy Yavé!
7 No tendrás relaciones con tu padre ni con tu madre. ¡Piensa que es tu madre!: no tendrás relaciones con ella.
8 No tendrás relaciones con la mujer de tu padre. ¡Respeta a tu padre! No tengas relaciones con ella.
9 No tendrás relaciones con tu hermana, hija de tu padre o de tu madre, nacida en casa o fuera de ella.
10 No tendrás relaciones con las hijas de tu hijo o de tu hija, pues son de tu misma sangre.
11 No tendrás relaciones con tu hermana, hija de tu padre aunque de otra madre. Respeta a tu hermana: no tendrás relaciones con ella.
12 No tendrás relaciones con la hermana de tu padre: respeta en ella a tu padre.
13 No tendrás relaciones con la hermana de tu madre: respeta en ella a tu madre.
14 Respeta al hermano de tu padre, y no tengas relaciones con su mujer, pues es tu tía.
15 No tendrás relaciones con la mu jer de tu hijo. Respeta a tu propio hijo y no tengas relaciones con ella.
16 No tendrás relaciones con la mujer de tu hermano: respeta a tu hermano.
17 No tendrás relaciones con una mujer y su hija, y tampoco tomarás a su nieta, porque son de la misma angre: sería una abominación.
18 Teniendo ya mujer, no tomarás a su hermana para ponerla celosa, teniendo relaciones con su hermana mientras viva ella.
19 No tendrás relaciones con una mujer durante el período de sus reglas.
20 No te acostarás con la mujer de tu prójimo, pues es una maldad.
21 No entregarás a tu hijo, quemándolo según el rito de Moloc, pues sería deshonrar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy Yavé!
22 No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer: esto es una cosa abominable.
23 No te acostarás con un animal: la mancha te quedaría. Tampoco la mujer se dejará cubrir por un animal: esto es una cosa abominable.
24 No se manchen haciendo estas cosas, pues así es como se han manchado las naciones que yo desalojé ante ustedes.
25 El país estaba manchado, por lo que yo intervine; y la tierra echó fuera a sus habitantes.
26 Ustedes guarden mis leyes y mis normas y no cometan ninguna de estas abominaciones ni tampoco los forasteros que vivan entre ustedes.
27 No cometan estos mismos pecados para que la tierra no los arroje fuera,
28 del mismo modo que vomitó a las naciones anteriores a ustedes que cometieron todos estos pecados.
29 Cualquiera que cometa estas abominaciones, todas esas personas serán eliminadas de su pueblo.
30 Observen, pues, mis normas, y no practiquen ninguna de las costumbres horribles que se practicaron antes de ustedes; no se manchen con ellas, pues Yo soy Yavé, Dios de ustedes.»

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Comentarios Levítico, capítulo 18
18,1

En este capítulo se precisan las leyes sobre la moral sexual. La Iglesia nunca ha renegado de ellas, salvo la prescripción de 18,19 que es producto de una inserción no tratada como las demás, y que ha sido equiparada a las otras leyes relativas a lo puro y lo impuro.

En este siglo de gran licencia sexual muchos hablarán de tabúes: demuestran que no han entendido que sólo la disciplina sexual permite entrar sin ambages en el Evangelio. En cambio salta a la vista la miseria de una sociedad que parece ignorar tanto el ascesis personal como el amor verdadero, y a modo de ejemplo, que ha sido incapaz de poner atajo a tragedias como el sida, cuando para eliminarlo bastaría con una sana disciplina sexual.
18,27

No sea que la tierra los arroje fuera. En la tierra de las Promesas los israelitas tienen que vivir según las leyes de Yavé. Y si no las observan serán desterrados. El Deuteronomio en especial recordará que la permanencia en la tierra prometida es inseparable de la fidelidad a la alianza (Dt 8).
Levítico (Lev) Capítulo 19
1 Yavé dijo a Moisés:
2 «Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles: Sean santos, porque yo, Yavé, Dios de ustedes, soy Santo.
3 Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios!
4 No se vuelvan hacia los ídolos ni se hagan dioses de metal fundido. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes!
5 Cuando sacrifiquen a Yavé un sacrificio de comunión, háganlo de manera que le sea grato.
6 Ustedes comerán de la víctima el mismo día en que la inmolen y al día siguiente, y lo que sobre hasta el tercer día será quemado.
7 Es una cosa muy fea comerla el día tercero: la víctima deja de ser grata.
8 El que la coma cargará con su pecado por haber profanado la santidad de Yavé. Esta persona será borrada de entre los suyos.»
Humanidad de la vida diaria
9 «Cuando sea tiempo de cosechar, no siegues hasta la misma orilla del campo, ni recojas las espigas caídas.
10 Tampoco rebusques en tus viñas, ni recojas de tus huertos las frutas caídas. Las dejarás al pobre y al forastero: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!
11 No hurtarán, no mentirán, ni se engañarán mutuamente.
12 No jurarán en falso por mi Nombre porque esto sería deshonrar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy Yavé!
13 No oprimirás ni despojarás a tu prójimo. No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente.
14 No gritarás maldiciones al sordo, ni pondrás obstáculos al ciego, sino que temerás a tu Dios. ¡Yo soy Yavé!
15 No dictarás sentencias injustas. No harás favores al pobre, no te inclinarás ante el rico, sino que juzgarás con justicia a tu prójimo.
16 No calumniarás a los de tu pueblo; tratándose de tu prójimo, no pedirás la pena capital.
17 No odies en tu corazón a tu hermano; pero corrígelo, no sea que te hagas cómplice de sus faltas.
18 No te vengarás ni guardarás rencor contra tus paisanos, sino que más bien amarás a tu prójimo como a ti mismo, pues Yo soy Yavé.
19 Guarden mis tradiciones. No aparearás en tu ganado dos bestias de diferente especie; no sembrarás tu campo con dos clases distintas de grano; no usarás ropa tejida con hilos de dos clases.
20 Si un hombre tiene relaciones con una esclava ya entregada a otro, sin que haya sido rescatada ni liberada, serán castigados los dos, pero no con pena de muerte, pues ella no era mujer libre.
21 El ofrecerá su sacrificio de reparación para Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas; será un carnero de reparación.
22 Con este carnero el sacerdote hará reparación por él ante Yavé, por el pecado que cometió, y se le perdonará el pecado.
23 Cuando entren en el país y planten toda clase de árboles frutales, consideren impuros sus frutos por tres años; durante este período no se podrán comer.
24 Al cuarto año todos sus frutos serán consagrados a Yavé.
25 El quinto año podrán comer y almacenar los frutos para guardarlos. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes!
26 No coman nada encima de la sangre. No practiquen la hechicería ni la astrología.
27 No rapen en redondo su cabeza ni corten los bordes de su barba.
28 No se hagan cortes en su cuerpo por los muertos; no lleven inscripciones o tatuajes en su cuerpo: ¡Yo soy Yavé!
29 No profanarás a tu hija, prostituyéndola, no sea que tu tierra se prostituya y se llene de depravación.
30 Guarden mis sábados y respeten mi Santuario: ¡Yo soy Yavé!
31 No se dirijan a los brujos ni a los que llaman a los espíritus; no los consulten no sea que con ellos se manchen: ¡Yo soy Yavé!
32 Ponte en pie ante un anciano y honra a las personas mayores; esto es temer a tu Dios: ¡Yo soy Yavé!
33 Cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes.
34 Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!
35 No cometan injusticia en los juicios, ni en medidas de longitud, de peso o capacidad;
36 usen balanzas justas, peso, medida y sextuario justos: ¡Yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los saqué del país de Egipto!
37 Guarden todas mis normas y mis mandamientos. Ustedes los pondrán en práctica: ¡Yo soy Yavé!»

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Comentarios Levítico, capítulo 19
19,9

Tal vez esta prescripción fuera heredada de los Cananeos y tuviera al principio una justificación de carácter sagrado. Pero aquí se convierte en atención a los pobres, quienes también tienen parte en los frutos de la tierra prometida. De lo mismo tal vez se trata en 19,23. La desaparición de tales prácticas, inadaptadas en el marco de las sociedades modernas, nos tornaría ciegos frente a Dios si no fuéramos capaces de recrear otras del mismo tipo.
19,16

Aquí se expresa en forma más general el mandamiento del amor al prójimo: amar, no gurdar rencor, ayudar al prójimo a que se corrija. Los judíos proponían esta regla a todos aquellos adoradores de Dios o prosélitos que querían acercarse a ellos. Se sabe sin embargo que hasta la venida de Jesús nadie quiso extender la noción de “prójimo” a los que no pertenecían de alguna manera a la comunidad judía. Y después de Cristo ninguno de los que se han quedado extraños a la irradiación cristiana ha querido o ha sido capaz de extenderla.
19,19

De nuevo encontramos creencias propias de aquel tiempo. La hibridación de especies (por ejemplo para producir mulos) o dos cosechas distintas en un mismo campo, era perturbar el orden de la naturaleza.
19,31

Ante preguntas sobre si la Biblia es contraria al espiritismo, con frecuencia se olvida algo esencial: la Biblia va dirigida a los que Dios ha elegido para ser su pueblo particular. Recurrir a los espíritus y a los hechiceros sería como olvidar que nuestra vida está ahora directamente bajo el control de Dios.
19,35

La honradez en todo es un modo de testimoniar que Israel fue sacado de Egipto y separado de las otras naciones por el Dios justo.
Levítico (Lev) Capítulo 20
Algunas leyes penales
1 Yavé habló a Moisés para decirle:
2 «Di a los hijos de Israel: Si un israelita o uno de los extranjeros que habitan en Israel sacrifica a alguno de sus hijos según el rito de Moloc morirá: la gente del pueblo lo apedreará.
3 Yo mismo volveré mi rostro contra ese hombre y lo eliminaré de su pueblo. Pues al sacrificar su descendencia para Moloc, contaminó mi Santuario y profanó mi santo Nombre.
4 Si la gente del pueblo cierra sus ojos respecto de ese hombre cuando entrega su descendencia para Moloc y no lo hace morir,
5 volveré yo mi rostro contra ese hombre y contra toda su familia y borraré de en medio de su pueblo a él y a todos los que se venden como él a Moloc.
6 Si alguno se dirige a los que consultan a los espíritus, o a los brujos para prostituirse con ellos, volveré mi rostro contra él y lo eliminaré de su pueblo.
7 Santifíquense, pues, y sean santos, porque yo soy Yavé, el Dios de ustedes.
8 Guarden mis preceptos y practíquenlos: ¡Yo soy Yavé, y a ustedes les hago santos!
9 Cualquiera que maldiga a su padre o a su madre morirá. El que maldice a su padre o a su madre, quiere su propia muerte.
10 Si alguno comete adulterio con una mujer casada, con la mujer de su prójimo, morirán los dos, el adúltero y la mujer adúltera.
11 El hombre que se acueste con la mujer de su padre ha descubierto la desnudez de su padre; los dos morirán, y serán responsables de su propia muerte.
12 Si un hombre se acuesta con su nuera, los dos morirán: han cometido una infamia y son responsables de su propia muerte.
13 Si un hombre se acuesta con un varón, como se acuesta con una mujer, ambos han cometido una infamia; los dos morirán y serán responsables de su muerte.
14 El hombre que tome a una mujer y a su madre comete una infamia. Se les quemará a él y a ellas para que no haya infamia entre ustedes.
15 Si un hombre tiene relación sexual con un animal, morirán él y el animal.
16 Y si una mujer la tiene con un animal, los dos morirán también. Son responsables de su propia muerte.
17 El hombre que tiene relaciones con su hermana, hija de su padre o de su madre y ve su desnudez y ella la de él, es una ignominia; serán exterminados en presencia de los hijos de su pueblo. Ha descubierto la desnudez de su hermana: cargará con su maldad.
18 Si un hombre se acuesta con una mujer durante su derrame menstrual y descubre su desnudez, ha descubierto, y ella también, la fuente de su sangre; ambos serán borrados de en medio de su pueblo.
19 No tendrás relaciones sexuales con la hermana de tu madre, ni con la de tu padre, porque son tu propia carne; de hacerlo, cargarás con tu maldad.
20 Si un hombre se acuesta con su tía, descubre la desnudez de su tío; de hacerlo, cargará con su pecado y morirá sin hijos.
21 Si un hombre toma la mujer de su hermano, comete una maldad: ha descubierto la desnudez de su hermano. Estos no tendrán hijos.
22 Guarden, pues, todas mis tradiciones y mandamientos y pónganlos en práctica. Así no los vomitará esa tierra a donde los estoy llevando para que vivan en ella.
23 No seguirán las costumbres de la gente que voy a arrojar delante de ustedes, pues a causa de esas mismas prácticas les tomé odio.
24 Por esto les he dicho a ustedes: Poseerán su tierra; y soy quien se la doy, de manera que sea de ustedes esa tierra que mana leche y miel: Yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los ha separado de entre los pueblos.
25 Distingan bien, pues, entre el animal puro y el impuro y entre ave pura e impura, y no se contaminen comiendo algún animal, o ave, o cualquier ser que se mueva en la tierra, que yo haya separado como impuro.
26 Sean santos para mí, porque yo soy Santo, yo Yavé, que los he separado de los demás pueblos para que sean míos.
27 Todo hombre o mujer que llame a los espíritus o practique hechicerías morirá. Los apedrearán y su sangre caerá sobre ellos.»

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Comentarios Levítico, capítulo 20
20,1

En este capítulo se repite varias veces la expresión: “será eliminado de su pueblo”, y se entiende que Dios no le librará de las maldiciones de las que protege a su pueblo. En otros lugares se dice: “serán castigados de muerte”. No parece que haya que ver aquí un trato diferente para dos categorías distintas de pecados o de crímenes. En la mayoría de los ca sos queda abierto el camino para una condena a muerte, pero si el castigo no llega por la mano de los hombres, Dios sabrá castigar al culpable.
20,10

Agunos otros textos de la Biblia, como en Pro 5,9 y Sir 23,24, demuestran que el adulterio no siempre era castigado con la pena de muerte. Jesús no condenó esas leyes, pero invitó a no ponerlas por encima del respeto a la vida y a la dignidad de las personas (Lc 11,46; Jn 8,1-11).
20,23

Este texto expresa con un lenguaje diverso al nuestro un hecho de experiencia. Los israelitas veían cómo el respeto de la moral sexual y el sentido de la familia les permitían suplantar en muchos lugares, gracias a sus hijos mejor educados, a las poblaciones más antiguas que practicaban el liberalismo sexual.
Levítico (Lev) Capítulo 21
1 Yavé dijo a Moisés: «Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles: Que ninguno de ustedes se haga impuro por un muerto
2 excepto por sus parientes más próximos, por su madre, su padre, sus hijos, sus hijas o sus hermanos.
3 También podrá contraer impureza por el duelo de una hermana que vivía con él y no tenía marido.
4 Siendo señor en medio de su pueblo, toda mancha suya profana su pueblo.
5 No raparán su cabeza ni rasurarán los lados de su barba, ni se harán cortes en su cuerpo.
6 Serán santos para su Dios y no profanarán su Nombre porque son ellos los que ofrecen los sacrificios por el fuego, alimento de su Dios; por esto han de ser santos.
7 No tomarán una mujer prostituta o deshonrada, ni tampoco una mujer despedida por su marido, porque el sacerdote está consagrado a Dios.
8 Al sacerdote lo tendrás por santo, pues él ofrece el pan de tu Dios; será santo para ti porque yo soy Santo, yo Yavé, que les santifico a ustedes.
9 Si se prostituye la hija de un sacerdote, se profana a sí misma y a su padre: será quemada viva.
10 El sacerdote que ha sido puesto más alto que sus hermanos, sobre cuya cabeza se ha derramado el óleo de unción, y que ha sido consagrado con la investidur de los ornamentos, en ningún caso tendrá su cabellera suelta ni rasgará sus vestidos.
11 No se hará impuro por haberse acercado a un muerto, aun por un padre o una madre.
12 No puede salir del Lugar Santo sin profanar el orden del Lugar Santo, porque el óleo que lo consagró a su Dios permanece sobre él como una diadema sobre su cabeza: ¡Yo soy Yavé!
13 El sumo sacerdote tomará mujer virgen. No tomará una viuda o una mujer despedida, o deshonrada o prostituta.
14 Solamente tomará una mujer virgen de su pueblo.
15 No profanará a su posteridad en medio de su pueblo, porque yo soy Yavé, que a él lo hago santo.»
16 Yavé dijo a Moisés:
17 «Habla a Aarón y dile: Ninguno de tu descendencia, ahora o en el futuro, que tenga una deformidad ofrecerá el alimento de su Dios.
18 Ningún varón que tenga un defecto presentará las ofrendas: ya sea ciego o cojo, desfigurado o desproporcionado,
19 o un hombre que tenga fracturado un pie o una mano,
20 o que sea jorobado, enano o bisojo, sarnoso y tiñoso, o con los testículos aplastados.
21 Ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga un defecto, se acercará para ofrecer a Yavé los sacrificios por el fuego.
21 El que tiene alguna deformidad no ofrecerá el alimento de su Dios;
22 eso sí, lo podrá comer y se alimentará de las cosas santas.
23 Pero, debido a su defecto corporal, no irá hasta el velo ni se acercará al altar; así no profanará mi santuario, porque yo soy Yavé, que a ellos los santifico.»
24 Y Moisés repitió todo esto a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel.
Levítico (Lev) Capítulo 22
1 Yavé dijo a Moisés:
2 «Enseña a Aarón y a sus hijos cuándo se deben abstener de las cosas santas que los hijos de Israel me consagren, para que no profanen mi santo Nombre: ¡Yo soy Yavé!
3 Diles: Cualquier descendiente de ustedes en las generaciones venideras que, estando impuro, se acerque a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Yavé, ése será exterminado de mi presencia: ¡Yo soy Yavé!
4 Todo descendiente de Aarón que sea leproso, o padezca derrame, no comerá de las cosas sagradas hasta que se purifique. Si tocó un cadáver o si ha tenido un derrame seminal;
5 si tocó un reptil cualquiera o a un hombre que lo contamine, haciéndolo impuro,
6 en ese caso será impuro hasta la tarde y no comerá de las cosas santas hasta después de haber bañado su cuerpo en agua.
7 Pero, cuando se haya puesto el sol, será puro y podrá comer de las cosas santas porque son su alimento.
8 No comerán animal muerto o destrozado, pues con él se harían impuros: ¡Yo soy Yavé!
9 Ustedes guardarán estos preceptos míos, no sea que carguen con un pecado y mueran a consecuencia de esta profanación: ¡Yo soy Yavé, y a ustedes los hago santos!
10 Ningún extraño comerá de las cosas sagradas; el que viva en casa del sacerdote o que trabaje a su servicio, no comerá de las cosas sagradas.
11 Pero si un sacerdote adquiere un esclavo comprándolo, éste podrá comer de las cosas sagradas y también los que han nacido en su casa comerán de su alimento.
12 La hija de un sacerdote, si está casada con un extraño, no podrá comer de las cosas sagradas.
13 Pero, si queda viuda o es despedida por su esposo sin tener hijos y vuelve a la casa de su padre, podrá comer el pan de su padre, como cuando era joven. Pero ningún extraño comerá de él.
14 Quien sin darse cuenta coma algo sagrado, lo restituirá al sacerdote, añadiendo un quinto de más.
15 No profanen, pues, las cosas sagradas de los hijos de Israel, reservadas para Yavé,
16 porque al comerlas cargarían con un pecado: ¡Yo soy Yavé, que los santifica a ustedes!»
17 Yavé habló a Moisés y le dijo:
18 «Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel y diles: Cuando un israelita, o un forastero en Israel, presente una ofrenda en cumplimiento de un voto o como ofrenda voluntaria a Yavé,
19 la víctima sólo será aceptada si es macho, sin defecto, buey, oveja o cabra.
20 No ofrezcan nada defectuoso, pues no será aceptado.
21 Si alguien ofrece a Yavé ganado mayor o menor como sacrificio de comunión, sea en cumplimiento de un voto o como ofrenda voluntaria, el animal será aceptado si es sin mancha ni defecto.
22 Nunca ofrezcan a Yavé ni pongan en el altar como sacrificio por el fuego para Yavé, un animal ciego, quebrado, mutilado, con llagas o sarna.
23 Si es buey u oveja desproporcionado o enano, podrán presentarlo como ofrenda voluntaria, pero no será aceptado en cumplimiento de voto.
24 No ofrezcan a Yavé animal alguno que tenga los testículos aplastados, hundidos, cortados o arrancados. No harán esto en el país de ustedes,
25 ni tampoco recibirán de mano de extranjeros alguna de estas víctimas para ofrecerla como alimento del Dios de ustedes, porque dicha mutilación es un defecto, y con esto no será aceptada.»
26 Yavé dijo a Moisés:
27 «Cuando nazca un ternero, cordero o cabrito, quedará con su madre siete días; desde el día octavo será aceptado como ofrenda por el fuego para Yavé.
28 No degüellen en el mismo día una vaca o una oveja con su cría.
29 Cuando ofrezcan un sacrificio de acción de gracias a Yavé, háganlo de manera que le agrade.
30 Comerán la víctima en el mismo día y no dejarán nada para el día siguiente: ¡Yo soy Yavé!
31 Guarden mis mandamientos y pónganlos en práctica: ¡Yo soy Yavé!
32 No profanen mi santo Nombre, para que yo sea reconocido santo en medio de los hijos de Israel.
33 Yo soy Yavé, que los santifico a ustedes y que los hice salir de Egipto para ser su Dios, Yo, Yavé.»
Levítico (Lev) Capítulo 23
Las fiestas del año
1 Yavé dijo a Moisés:
2 «Habla a los hijos de Israel y diles: Estas son las fiestas de Yavé para las cuales se convocará una asamblea santa:
3 Habrá seis días trabajados, y el séptimo día será un Gran sábado con una asamblea santa: no se hará ningún trabajo. El sábado será para Yavé en todos los lugares donde vivan.
4 Luego están las fiestas de Yavé celebradas con una asamblea santa, que ustedes convocarán a su debido tiempo.
5 El día catorce del mes primero, al ano checer, es la Pascua de Yavé.
6 El quince del mismo mes es la fiesta de los ázimos en honor a Yavé: durante siete días comerán panes sin levadura.
7 El día primero convocarán una asamblea santa; no harán trabajo de trabajador.
8 Durante siete días seguidos ofrecerán a Yavé un sacrificio por el fuego; el séptimo día convocarán una asamblea santa, y no harán ningún trabajo de trabajador.»
Ofrenda de la primera gavilla
9 Yavé dijo a Moisés:
10 «Di a los israelitas: Cuando hayan entrado en la tierra que yo les doy, y ya hagan cosechas, llevarán al sacerdote la primera gavilla, o sea, las primicias de su cosecha;
11 y el sacerdote la mecerá ante Yavé para que a ustedes los bendiga. El gesto de me cerla se hará el día después del sába do.
12 El mismo día en que ofrezcan la gavilla, ustedes sacrificarán en honor de Yavé un cordero de un año, sin defecto, como víctima quemada para Yavé.
13 Junto con esto, ofrecerán dos décimas de flor de harina amasada con aceite, y como sacrificio de suave aroma para Yavé. Al mismo tiempo ofrecerán vino, unas dos botellas.
14 Ustedes no comerán pan ni granos, tostados o tiernos, hasta el día en que presenten la ofrenda a su Dios. Este será un rito perpetuo, de generación en generación dondequiera que vivan.
15 A partir del día que sigue al sábado en que habrán traído la gavilla para ser mecida ante Yavé, ustedes contarán siete semanas completas.
16 Al día siguiente del séptimo sábado serán cincuenta días y entonces ofrecerán una nueva ofrenda a Yavé.
17 Traerán de sus casas, para ofre cerlos, dos panes de dos décimas de flor de harina cocidos con levadura: éstas serán sus primicias para Yavé.
18 Junto con estos panes, ustedes ofrecerán siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros como víctimas quemadas para Yavé; añadirán la ofrenda y la libación correspondientes y será un sacrificio por el fuego de suave aroma para Yavé.
19 Sacrificarán también un macho cabrío en sacrificio por el pecado y dos corderos de un año en sacrificio de comunión.
20 El sacerdote los ofrecerá como ofrenda mecida ante Yavé junto con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa consagrada a Yavé y pertenecerán al sacerdote.
21 Este mismo día convocarán una asamblea santa; no harán ningún trabajo de trabajador. Es ley perpetua para sus descendientes, dondequiera que habiten.
22 Cuando cosechen los productos de sus campos, no segarán hasta el límite de los campos ni recogerán las espigas perdidas, sino que las dejarán para el pobre y para el forastero: ¡Yo soy Yavé, el Dios de ustedes.»
23 Yavé habló a Moisés y le dijo:
24 «Habla a los hijos de Israel y diles: El día primero del séptimo mes será para ustedes un Gran Sábado, proclamado con sonar de trompeta, con una reunión sagrada.
25 No harán ningún trabajo de trabajador y ofrecerán a Yavé un sacrificio por el fuego.»
26 Yavé dijo a Moisés:
27 «El día décimo de este séptimo mes es el día del Perdón. Este día ustedes tendrán una reunión sagrada; ayunarán y ofrecerán a Yavé un sacrificio por el fuego.
28 No harán ningún trabajo porque ése es el día del Perdón, en que se hace la expiación por ustedes delante de Yavé.
29 Cualquier persona que no ayune este día será exterminada de en medio de los suyos.
30 Al que haga algún trabajo, yo lo exterminaré de en medio de su pueblo.
31 No harán, pues, trabajo alguno, es un decreto perpetuo, de generación en generación, dondequiera que habiten.
32 Este será para ustedes un Gran sábado, en el que harán penitencia. El día nueve del mes por la tarde y hasta la tarde del día siguiente observarán el sábado.»
33 Yavé habló a Moisés y le dijo:
34 «Habla a los hijos de Israel y diles: El día quince del séptimo mes ustedes celebrarán durante siete días la fiesta de las Chozas en honor de Yavé.
35 El día primero habrá reunión sagrada y no harán ningún trabajo de trabajador.
36 Durante siete días ustedes ofrecerán cada día a Yavé sacrificios por el fuego. El día octavo tendrán reunión sagrada y ofrecerán a Yavé sacrificios por el fuego. Ustedes tendrán una asamblea solemne y no harán ningún trabajo.
37 Estas son las solemnidades de Yavé en que ustedes convocarán a una reunión sagrada para ofrecer a Yavé sacrificios por el fuego, holocaustos y ofrendas, víctimas y libaciones, cada cosa en su día. Además están los sábados de Yavé;
38 además también todo lo que le regalan: lo prometido por voto y las oblaciones voluntarias.
39 El día quince del séptimo mes, cuando cosechen los productos de la tierra, ustedes celebrarán la Fiesta en honor a Yavé durante siete días. El primer día será un Gran sábado igual que el octavo.
40 El primer día tomarán frutos del árbol hermoso, ramos de palmera, de árboles frondosos y de sauces de río, y durante siete días se alegrarán en presencia de Yavé, el Dios de ustedes.
41 Esta es una ley para siempre, de generación en generación: en el séptimo mes ustedes lo celebrarán.
42 Durante siete días ustedes vivirán en chozas; todos los hijos de Israel vivirán en chozas,
43 para que los descendientes de ustedes sepan que yo hice vivir en chozas a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto: ¡Yo soy Yavé, su Dios!»
44 Estas fueron las palabras de Moisés a los hijos de Israel respecto de las fiestas de Yavé.

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Comentarios Levítico, capítulo 23
23,1

Se convoca a una asamblea para celebrar las fiestas de Yavé. Asamblea convocada es lo que significa la palabra “Iglesia”.
23,3

El día de descanso semanal (sabbat en hebreo significa “descanso”) es el primero de esos reencuentros sagrados.
23,4

Hay poca claridad en la enumeración de las fiestas anuales, que se encuentra también en Éx 23,14; 34,18; Dt 16,1. En primer lugar están las tres grandes fiestas de peregrinación:

– La Pascua, que inicia la semana de los Panes sin levadura, recuerda la salida de Egipto (9-14).

– La fiesta de las (siete) Semanas o Pentecostés (que significa día cincuenta); era la fiesta de la cosecha, que se convirtió en la fiesta de la Ley dada en el desierto (15-21).

– La fiesta de las Tiendas o de las Chozas, que recuerda los años en el desierto (33-44).

En cuanto a la fiesta anual del Perdón para los pecados del pueblo (26-32), antes de que se le atribuyera una fecha fija se celebró durante un tiempo junto con el Año Nuevo o durante la fiesta de las Tiendas .

Está también la ofrenda de los primeros frutos (23,9), que tal vez quería dejar en la sombra una fiesta cananea de la cosecha. La fiesta del primer día del séptimo mes que caía en la luna nueva de otoño, fecha muy importante en muchos países. La fiesta de la purificación del Templo, que se agregará en tiempos de los Macabeos (2Mac 15,36) poco antes de la fiesta del año nuevo o Rosh Hashanah.
23,23

La celebración de las fiestas rurales no era principalmete asunto de sacerdotes del templo sino que está vinculada con prácticas de convivencia en el terreno mismo de las faenas.
23,26

Ustedes ayunarán: el sentido del verbo hebreo es en realidad “humillarse”.
Levítico (Lev) Capítulo 24
1 Yavé habló a Moisés diciendo:
2 «Manda a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de oliva molida, para el candelero, para mantener continuamente la luz encendida.
3 Aarón mantendrá la lámpara de la mañana hasta la tarde en presencia de Yavé, fuera de la cortina que está delante del Testimonio en la Tienda de las Citas: es una ley perpetua de generación en generación.
4 El colocará las lámparas sobre el candelabro puro que permanece ante Yavé.
5 Tomarás flor de harina y cocerás con ella doce tortas, dos décimas de harina para cada una.
6 Las colocarás en dos filas, seis en cada fila, sobre la mesa pura en presencia de Yavé.
7 Pondrás sobre cada fila incienso puro para que el pan sea un memorial, un sacrificio por el fuego para Yavé.
8 Cada sábado, de generación en generación, dispondrán esos panes ante Yavé de parte de los hijos de Israel, como signo de alianza perpetua.
9 Estos panes serán para Aarón y sus hijos, que los comerán en lugar sagrado. Y los tendrán por cosa muy santa entre todos los sacrificios por el fuego para Yavé. Es una ley para siempre.
La blasfemia, o sea, el insulto contra Dios
10 Un día, en el campamento, hubo un altercado entre un hombre de madre israelita y de padre egipcio, y un israelita.
11 El hijo de la israelita (ella se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Gad) blasfemó y maldijo el nombre de Yavé, por lo que lo llevaron ante Moisés.
12 Y lo tuvieron preso hasta que Yavé dispusiera lo que había que hacer con él.
La ley del talión
13 Y Yavé dijo a Moisés: “Saca fuera del campamento al que blasfemó.
14 Todos los que lo oyeron pondrán las manos sobre su cabeza, y luego toda la comunidad lo apedreará.
15 Entonces dirás a los hijos de Israel: Cualquier persona que maldiga a su Dios cargará con su pecado;
16 el que blasfeme el nombre de Yavé será castigado de muerte: toda la comunidad lo apedreará. Sea israelita o extranjero, si blasfema el nombre de Yavé, morirá.
17 El que hiera de muerte a cualquier persona morirá.
18 El que hiera de muerte a un animal pagará con otro; vida por vida.
19 El que cause alguna lesión a su prójimo, como él hizo, así se le hará:
20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se hará la misma lesión que él ha causado al otro.
21 El que mate a un animal, dará otro por él, pero el que mate a una persona humana, morirá.
22 La ley será la misma para el forastero y para el nativo, porque yo soy Yavé, su Dios.»
23 Moisés, pues, habló a los hijos de Israel, que sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo apedrearon. Lo hicieron tal como Yavé lo había mandado a Moisés.

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Comentarios Levítico, capítulo 24
24,10

No hay que olvidar que Jesús fue condenado por blasfemo. Si se hubiera presentado sólo como el Mesías podía ser simplemente un mentiroso, pues no se ofendía el nombre de Dios, pero los jueces reconocieron que pretendía un rango y un origen divino.
24,17

Se dice a menudo sin matices que Jesús contrapuso el perdón a la ley del talión (Mt 5,38), y sería cierto en la medida en que la ley del talión se implanta en la cultura y en los espíritus promoviendo la venganza y eliminando el respeto y el amor hacia todos, incluidos los pecadores. Pero resulta muy valiosa sin embargo en el ejercicio de la justicia, pues exige a los jueces que no cedan a las presiones del culpable frente a una víctima que no tiene los mismos medios; ante todo pretende defender al débil.
Levítico (Lev) Capítulo 25
El año sabático y el jubileo
1 Yavé dijo a Moisés en el monte Sinaí:
2 «Di a los hijos de Israel: Cuando hayan entrado en el país que les voy a dar, la tierra tendrá su descanso el año séptimo en honor a Yavé.
3 Durante seis años sembrarás tu campo, podarás tu viña y cosecharás sus frutos,
4 pero el séptimo año será un sábado, un Gran sábado para la tierra, un descanso en honor de Yavé. No sembrarás tu campo ni podarás tu viña;
5 tampoco segarás los rebrotes de la última cosecha, ni vendimiarás los racimos de tu viña sin cultivar: será un año de Gran descanso para la tierra.
6 Lo que produzca naturalmente la tierra durante su descanso, servirá de comida a ti, a tu siervo y a tu sierva, a tu jornalero y al extranjero que vive junto a ti.
7 También tus animales comerán lo que produce naturalmente la tierra, igual que las bestias del campo.
8 Después de pasadas siete semanas de años, es decir, cuarenta y nueve años,
9 al llegar el día diez del séptimo mes, harás resonar el cuerno. Será entonces el día del Perdón, y harás resonar el cuerno en todo el país.
10 El año cincuenta será para ustedes un año santo, un año en que proclamarán una amnistía para todos los habitantes del país. Será para ustedes el jubileo. Los que habían tenido que empeñar su propiedad, la recobrarán. Los esclavos regresarán a su familia.
11 Este año cincuenta será para ustedes el jubileo. No sembrarán ni segarán los rebrotes, ni vendimiarán la viña sin cultivar,
12 pues es año jubilar. Será para ustedes un año santo en que comerán de lo que el campo produce por sí solo.
13 Este año jubilar, cada uno volverá a su propiedad.
14 Por eso, si venden o compran algo a su prójimo, no lo engañen:
15 Pagarás a tu prójimo de acuerdo al número de años transcurridos después del jubileo y, según el número de años de cosecha, él te fijará el precio de venta:
16 cuantos más años quedan, mayor será el precio; cuantos menos años queden, tanto menor será, porque lo que él vende es el número de cosechas.
17 Ninguno de ustedes dañe a su prójimo; antes bien, teme a tu Dios, pues yo soy Yavé tu Dios.
18 Si ponen mis leyes en práctica y observan mis mandamientos, vivirán seguros en esta tierra.
19 La tierra dará su fruto para que coman hasta saciarse; y vivirán seguros en ella.
20 Tal vez preguntes: “¿Qué comeremos el séptimo año, ya que no podremos sembrar ni cosechar?”
21 Piensa que yo les mandaré mi bendición en el sexto año, de modo que éste produzca para tres años.
22 Y cuando siembren en el año octavo, seguirán comiendo de la cosecha pasada, y la seguirán comiendo hasta que venga la cosecha del año noveno.
23 Las tierras no se venderán para siempre, porque la tierra es mía y ustedes están en mi tierra como forasteros y huéspedes.
24 Por tanto, en todo el territorio que ustedes ocupan, las tierras conservarán el derecho de rescate.
25 Si tu hermano pasa necesidad y se ve obligado a venderte su propiedad, su pariente más cercano podrá rescatar lo vendido por su pariente.
26 Si alguno no tiene quién le rescate su propiedad, pero tiene por sí solo recursos suficientes para rescatarla,
27 us tedes contarán los años pasados desde la venta y se dará al com prador la cantidad correspondiente al tiempo que falta; y volverá a su propiedad.
28 Si no halla lo suficiente para recuperarla, lo vendido quedará en poder del comprador hasta el año del jubileo; entonces la tierra quedará libre y volverá al que la vendió.
29 En cambio, el que venda una casa ubicada en una ciudad con murallas, tendrá un año para rescatarla a partir de su venta; su derecho de rescate no vale más que un tiempo.
30 De no ser rescatada dentro del año, una casa ubicada en una ciudad con murallas quedará para siempre para el comprador y sus descendientes: no se la quitarán en el jubileo.
31 Pero las casas de las aldeas sin murallas serán tratadas como los campos; hay derecho de rescate para ellas y en el año del ju bileo volverán al vendedor.
32 En cuanto a las ciudades de los levitas, éstos tendrán siempre derecho de rescate sobre las casas que posean en estas ciudades.
33 Aun cuando no se rescate una casa ubicada en una ciudad de los levitas, lo vendido quedará libre en el jubileo; porque las casas de las ciudades de los levitas son su propiedad en me dio de los hijos de Israel.
34 Tampoco pue den venderse los campos que rodean sus ciuda des, pues son su propiedad para siempre.
Cómo se debe ayudar al prójimo
35 Si tu hermano pasa necesidad y ves que no puede salir del apuro, ayúdalo, aunque sea forastero o huésped, para que pueda vivir junto a ti.
36 No tomarás de él interés ni usura; antes bien, teme a tu Dios y haz que tu hermano pueda vivir junto a ti.
37 No le prestarás dinero a interés; no le facilitarás víveres para después aprovecharte de él,
38 pues yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los saqué de la tierra de Egipto para darles la tierra de Canaán y ser su Dios.
39 Si tu prójimo se hace tu deudor y se vende a ti, no le impondrás trabajo de esclavo;
40 estará contigo como jornalero o como huésped y trabajará junto a ti hasta el año del jubileo.
41 Entonces saldrá de tu casa con sus hijos y volverá a su familia recobrando la propiedad de sus padres.
42 Porque todos son mis siervos, que yo saqué de la tierra de Egipto, y no deben ser vendidos como se vende un esclavo.
43 Así que no te pondrás duro con tu hermano, sino que temerás a tu Dios.
44 Si quieres adquirir esclavos y esclavas, los tomarás de las naciones vecinas: de allí comprarás esclavos y esclavas.
45 También podrán comprarlos entre los extranjeros que viven con ustedes y de sus familias que están entre ustedes, es decir, de los que hayan nacido entre ustedes. Esos pueden ser propiedad de ustedes,
46 y los dejarán en herencia a sus hijos después de ustedes como propiedad para siempre. Pero tratándose de tus hermanos israelitas, no actuarás en forma tiránica, sino que los tratarás como a tus hermanos.
47 Si el extranjero o el forastero que vive contigo adquiere bienes, y en cambio tu hermano se empobrece al lado de él y se vende al extranjero o al forastero, o al descendiente de la familia del extranjero,
48 después de haberse vendido le quedará el derecho de rescate; uno de sus hermanos podrá rescatarlo.
49 Lo rescatará su tío paterno, o el hijo de su tío, o algún otro pariente cercano suyo dentro de su familia, o, si le alcanzan sus recursos, él mismo podrá rescatarse.
50 Contará con su comprador los años desde que se vendió hasta el año del jubileo, y el precio se calculará en proporción de los años, valorando sus días de trabajo como los de un jornalero.
51 Si faltan todavía muchos, devolverá en proporción a ellos, tomando como base el precio de venta.
52 Si faltan pocos años para el jubileo, se le calculará en proporción a ellos.
53 Estará en casa de su patrón, año tras año, como quien trabaja a jornal. No permitas que se le trate con dureza ante tus ojos.
54 Si nadie lo rescata, quedará libre el año del jubileo, y sus hijos con él.
55 Porque es a mí a quien sirven los hijos de Israel, siervos míos son a quienes yo he sacado del país de Egipto. Yo soy Yavé, el Dios de ustedes.

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Comentarios Levítico, capítulo 25
25,1

Tal vez el año sabático (o de descanso) procedía de costumbres antiguas y que los agricultores cananeos hubieran convertido en costumbre el descanso periódico de las tierras. La Biblia pretende que sea ante todo una liberación del ser humano, sometido a los ritmos de la producción e inquieto por el pan del mañana o del año que viene. Es la oportunidad para una reordenación social, salvaguardando el patrimonio inalienable de los pobres.

El año sabático se daba cada siete años. El Levítico ve en esta costumbre la oportunidad de demostrar su confianza en Dios, que no permitirá que su pueblo perezca de hambre. Si ese año caía en tiempos de miseria o después de una invasión, significaría un gran sacrificio observar dicha prescripción, pero Dios mismo promete ayudar a los que la observen con fe (23,30).
25,8

Los autores bíblicos estaban impresionados por el hecho de que el mal parecía afectar a toda la sociedad. Por más que se pretendiera asegurar a cada israelita una parcela en el territorio de su clan, siempre se repetía la situación del campesino insolvente que tenía que alienar su tierra o vender a sus hijos o venderse a sí mismo como esclavo de otro. Esto lo veían como una maldición en la misma tierra buena que Dios había reservado a su pueblo.

De aquí viene el origen del año del jubileo. Querían que el año cincuenta fuera el año en que se volviese al primer casillero: los que se habían enriquecido, ya sea de una manera honrada o por astucia, restablecieran el orden igualitario establecido por Dios. No debía haber esclavos en el pueblo de Dios, aunque esto pareciera una fatalidad en el resto del mundo.
25,10

La palabra “jubileo” no viene de júbilo, sino que ambas palabras provienen de yobelin, que era el cuerno con que se proclamaba dicho año santo. Todos los esclavos debían recobrar su libertad en ese año y los campos empeñados debían volver a sus propietarios de origen sin que mediase pago alguno.

Parece ser que el año jubilar se introdujo como un medio para hacer más efectiva la liberación antes prevista cada siete años (25,6), al realizarla con menor frecuencia.

El año jubilar era santo porque quería reconciliar a los israelitas entre sí y especialmente con Dios. Ese año santo celebrado por el pueblo entero mantenía viva la esperanza de un año santo a expensas de Dios, que será el tiempo de la salvación: véase en Is 61,2, texto que Jesús comentará en Lc 4,19.
25,23

Ustedes están en mi tierra como huéspedes. En los largos capítulos del Deuteronomio y de Josué que relatan la conquista y el reparto de la Tierra Santa, siempre se habla de herencia: es la herencia que Yavé da a las tribus de su pueblo. La tierra pues es de esas tribus; y al lado de la propiedad privada existen los terrenos pertenecientes a la comunidad, los cuales se reparten periódicamente.

Véase la nota: El año jubilar para el tercer mundo, p. 174.
25,29

El redactor de la ley había previsto sus limitaciones: en realidad sólo podía ser aplicada en un contexto rural. Pero entrando en el contexto del mundo urbano necesariamente hay que contar con la libertad de adquirir, construir e invertir. El problema, claro está, es infinitamente más complejo en el mundo actual.
25,35

Nótese esta precisación: sólo se trata de personas que no pueden atender sus necesidades ni las de su familia.
25,35

Se debe evitar a toda costa que el campesino que ha pedido un crédito para comprar las semillas tras un año difícil, se vea obligado a devolver el doble al año siguiente: esos créditos a interés eran el camino más corto hacia la esclavitud. Hace algunos siglos, en los comienzos del capitalismo y de las primeras empresas de comercio internacional, esas leyes paralizaron a quienes habrían querido meterse en el comercio, pero que no se atrevieron a pasar por alto esas leyes mantenidas por la Iglesia. Los que no eran cristianos sacaron una gran ventaja sobre quienes tenían tales escrúpulos.

Éste es un claro ejemplo de cuán necesario es colocar las leyes del Antiguo Testamento en su contexto y no aplicarlas al pie de la letra cuando los problemas son muy diferentes.
25,44

Una vez más se encuentra la barrera terrible que ni siquiera los sacerdotes o los profetas del Antiguo Testamento podían franquear. Jesús no murió en vano (Ef 2,14-17) y la oposición a la predicación de los apóstoles se centró especialmente en este punto: He 22,22; 1Tes 2,16.
Levítico (Lev) Capítulo 26
1 No se hagan ídolos, ni levanten estatuas o monumentos, ni coloquen en su tierra piedras grabadas para postrarse ante ellas, porque yo soy Yavé, el Dios de ustedes.
2 Ustedes guardarán mis sábados y respetarán mi santuario: ¡Yo soy Yavé!
Promesas de Dios
3 Si caminan según mis tradiciones y guardan mis normas poniéndolas en práctica,
4 les enviaré las lluvias a su tiempo para que la tierra dé sus productos y los árboles del campo sus frutos.
5 El tiempo de trilla alcanzará hasta la vendimia y la vendimia durará hasta la siembra; comerán su pan hasta saciarse y vivirán seguros en su tierra.
6 Yo estableceré la paz en su país y dormirán sin que nadie los moleste; haré desaparecer del país los animales feroces, y la espada no pasará por su tierra.
7 Perseguirán a sus enemigos, que caerán ante ustedes a filo de espada.
8 Cinco de ustedes perseguirán a cien de ellos, y cien de ustedes a diez mil de ellos: los enemigos caerán ante ustedes a filo de espada.
9 Yo me inclinaré hacia ustedes y mi alianza con ustedes cobrará pleno vigor; tendrán familias numerosas y llegarán a ser un gran pueblo;
10 todavía no habrán terminado de comer la cosecha añeja cuando tendrán que tirarla para dar cabida a la nueva.
11 Tendré mi Morada entre ustedes y ya no los miraré mal.
12 Me pasearé en medio de ustedes y seré Dios de ustedes mientras ustedes serán mi pueblo.
13 Pues yo soy Yavé, Dios de ustedes, que los saqué del país de Egipto para que no fueran más esclavos de ellos, y rompí el bastón de sus vigilantes para que salieran ustedes con la frente en alto.
Maldiciones
14 Pero si no me escuchan, si no cumplen todo eso;
15 si desprecian mis normas y rechazan mis leyes; si no hacen caso de todos mis mandamientos y rompen mi alianza,
16 entonces miren lo que haré yo con ustedes.
16 Mandaré sobre ustedes el terror, la peste y la fiebre; sus ojos se debilitarán y su salud irá en desmedro. Ustedes sem brarán en vano la semilla, pues se la come rán los enemigos.
17 Me volveré contra ustedes y serán derrotados ante el enemigo; ustedes no resistirán a sus adver sarios y huirán sin que nadie los per siga.
18 Si ni aun así me obedecen, les devolveré siete veces más por sus pecados.
19 Quebrantaré su orgullosa fuerza; haré que el cielo sea de hierro para ustedes y la tierra de bronce.
20 Sus esfuerzos se perderán, su tierra no dará sus productos ni los árboles darán sus frutos.
21 Y si siguen enfrentándose conmigo en vez de escucharme, les devolveré siete veces más por sus pecados.
22 Soltaré contra ustedes la fiera salvaje, que les devorará sus hijos, exterminará los ganados y los reducirá a unos pocos, de modo que nadie ya ande por los caminos de su país.
23 Si aun con esto no cambian su actitud respecto a mí y siguen desafiándome,
24 también yo me enfrentaré con ustedes y les devolveré yo mismo siete veces más por sus pecados;
25 traeré sobre ustedes la espada vengadora de mi alianza. Se refugiarán entonces en sus ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de ustedes y serán entregados en manos del enemigo.
26 Yo les quitaré el pan, hasta el punto que diez mujeres cocerán todo su pan en un solo horno, y se lo darán tan medido que no se podrán saciar.
27 Si con esto no me obedecen y siguen haciéndome la contra,
28 yo me enfrentaré con ustedes con ira y les devolveré siete veces más por sus pecados:
29 ¡ustedes llegarán a comer la carne de sus hijos e hijas!
30 Destruiré sus santuarios altos, demoleré sus monumentos, amontonaré sus cadáveres sobre los cadáveres de sus sucios ídolos y les tendré asco.
31 Reduciré a escombros sus ciudades y devastaré sus santuarios, no me agradará más el perfume de sus sacrificios.
32 Yo devastaré la tierra de tal modo que sus mismos enemigos quedarán admirados y asombrados cuando vengan a ocuparla.
33 A ustedes los desparramaré entre las ciudades y naciones; y los perseguiré con la espada. Sus tierras serán arruinadas y quedarán desiertas sus ciudades.
34 Entonces la tierra gozará de sus descansos sabáticos durante todo el tiempo que sea arruinada, mientras estén ustedes en tierra de enemigos. La tierra descansará y gozará sus sábados;
35 y mientras esté abandonada, descansará por lo que no pudo descansar en sus sábados, cuando ustedes habitaban en ella.
36 A los que queden de ustedes les infundiré pánico en sus corazones en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja que cae los hará huir como quien huye de la espada y caerán sin que nadie los persiga.
37 Se atropellarán unos a otros como delante de la espada, aunque nadie los persiga. No se podrán tener en pie ante el enemigo.
38 Perecerán en tierra de paganos y desaparecerán en el país de sus enemigos.
39 Los que de ustedes sobrevivan se pudrirán en país enemigo por causa de su maldad y por las maldades de sus padres unidas que se les pegaron.
40 Entonces confesarán su maldad y la de sus padres; reconocerán que me han traicionado y se han enfrentado conmigo,
41 y que yo también me enfrenté con ellos y los desterré al país de sus enemigos. ¡Ojalá que se humillen los corazones incircuncisos y acepten el castigo de su maldad!
42 Yo, entonces, me acordaré de mi alianza con Jacob y de mi alianza con Isaac y de mi alianza con Abraham. 42 Yo me acordaré y recordaré su país.
43 Así, pues, la tierra será abandonada por ellos para que goce sus descansos sabáticos mientras quede desolada y ellos estén lejos; ellos también pagarán su maldad, porque desecharon mis mandamientos y se cansaron de mis preceptos.
44 A pesar de todo, no los despreciaré cuando estén en tierra enemiga; no los aborreceré hasta su total exterminio ni anularé mi alianza con ellos, porque yo soy Yavé, su Dios.
45 Me acordaré en su favor de la alianza hecha con sus padres a quienes saqué de la tierra de Egipto ante los ojos de las naciones, para ser su Dios: ¡Yo soy Yavé!»
46 Estas son las normas, leyes e instrucciones que Yavé estableció entre El y los hijos de Israel en el monte Sinaí, por medio de Moisés.

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Comentarios Levítico, capítulo 26
26,3

La Ley de Dios es ley de vida y cuando el hombre no le hace caso se arruina a sí mismo. Dios pide a su pueblo justicia, bondad, respeto de la vida; y puede exigirlo, pues los hechos se encargarán de justificar sus palabras: promete sin equivocarse tiempos de cosas buenas o de desastres.

Este capítulo opone paz y fecundidad por una parte, e inseguridad, derroche y división donde no se escucha a Dios por otra: así es como un pueblo puede llegar a comer la carne de sus propios hijos.

El final del presente capítulo, escrito durante el Destierro, describe la decadencia del pueblo judío que acaba de producirse en esos años. Esa ruina era “castigo de Dios” en algún sentido, y también era la consecuencia de sus faltas.
26,11

Como conclusión de las promesas de prosperidad, está aquí lo que es el meollo de la promesa: Tendré mi morada entre ustedes. Nadie hubiera podido imaginarse cómo Dios iba a realizarlo, y fue mejor así, porque es necesario haber recibido la fe en Cristo para com prender que esta presencia amorosa de Dios no excluye ni los sufrimientos ni el fracaso.
26,44

La elección de Israel por parte de Dios es una decisión que domina al tiempo. Aunque grandes pruebas vengan a sancionar sus infidelidades, seguirá siendo el instrumento de Dios en la historia. Historia sin embargo que será muy desconcertante, y para empezar Dios deberá actuar en forma muy diferente con los de su pueblo, entre los que acogieron a su Hijo y Mesías y los que quedaron ciegos a su respecto (Rm 9—10; 2Co 3,16 et 4,6).
Levítico (Lev) Capítulo 27
Algo referente a los votos
1 Yavé dijo a Moisés:
2 «Habla a los hijos de Israel y diles: Esta es la manera de valorar las personas que han sido consagradas a Yavé por voto.
3 Para un hombre de veinte a sesenta años, el valor será de cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario.
4 El valor de una mujer será de treinta siclos.
5 De los cinco a los veinte años, el valor será: para el varón veinte siclos, para la mujer diez siclos.
6 De un mes hasta los cinco años: para un niño cinco siclos de plata, para una niña tres siclos.
7 De los sesenta años en adelante, el valor será: para un hombre quince siclos; para una mujer diez siclos.
8 Si uno es tan pobre que no puede pagar este precio, lo presentarán al sacerdote, el cual le pondrá precio; el sacerdote lo evaluará según los recursos del que hizo el voto.
9 Si has ofrecido un animal a Yavé, le ha sido regalado y es cosa consagrada:
10 no se le cambiará. No se reemplazará bueno por malo o malo por bueno. Si se reemplaza uno por otro, uno y otro serán cosa sagrada.
11 Si el animal es impuro y no se puede hacer ofrenda de él a Yavé, se presentará el animal al sacerdote.
12 El sacerdote le pondrá precio según a él le parece bueno o malo, y según lo que el sacerdote diga, así se hará.
13 Y si lo quieren rescatar, añadirán un quinto de la valoración.
14 Si uno consagra su casa como cosa santa a Yavé, el sacerdote le pondrá precio. Según lo que él diga, así será.
15 Si el que la ha consagrado la quiere rescatar, añadirá una quinta parte del precio fijado y será suya.
16 Si uno consagra a Yavé un campo de su propiedad, su valor se medirá según la cantidad de semilla que se le echa, a razón de cincuenta siclos de plata por cada carga de cebada de sembrado.
17 Si uno ha consagrado el campo durante el año de jubileo, se mantendrá íntegra la valoración.
18 Pero, si consagra su campo después del jubileo, el sacerdote calculará su precio a razón de los años que quedan hasta el jubileo, y la estimación será inferior.
19 Si el que consagró el campo lo quiere rescatar, añadirá la quinta parte al precio fijado y será suyo.
20 Si no rescata el campo y lo vende a otro, este campo no podrá ser rescatado en adelante,
21 y, cuando quede libre en el jubileo, será consagrado a Yavé tal como si fuera consagrado por maldición y será propiedad del sacerdote.
22 Si alguien consagra a Yavé un campo que compró y que no forma parte de su propiedad,
23 el sacerdote calculará el precio hasta el año del jubileo, y el otro pagará ese mismo día el valor indicado: este dinero es cosa consagrada a Yavé.
24 El año del jubileo, el campo volverá al que lo había vendido y al patrimonio del que era parte.
25 Toda tasación se hará con siclos del santuario: veinte óbolos por un siclo.
26 Nadie podrá consagrar los primogénitos de su ganado, porque éstos ya pertenecen a Yavé. Sean de ganado mayor o menor, pertenecen a Yavé.
27 Si se trata de un animal impuro, lo rescatarán según el precio que tú fijes y añadirán la quinta parte del precio: si no es rescatado será vendido según el precio.
28 En cambio, lo que uno consagre a Yavé por anatema, cualquier cosa que le pertenece, hombre, animal o campo de su herencia, no podrá venderse o rescatarse. Todo anatema es cosa muy sagrada para Yavé.
29 Por esto ningún ser humano consagrado como anatema será rescatado: será muerto.
30 El diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas como de los frutos de los árboles, es de Yavé, es cosa sagrada para él;
31 si alguien quiere rescatar parte de su diezmo, añadirá la quinta parte de su valor.
32 El diezmo del ganado mayor o menor, de todo lo que pasa bajo el cayado, será consagrado a Yavé como diezmo.
33 No se distinguirá entre bueno o malo, ni se cambiará uno por otro, y si se hace un reemplazo, el animal sustituido y el que lo sustituye serán cosa sagrada y no podrán ser rescatados.»
34 Estos son los mandatos que Yavé dio a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí.