La Biblia Latinoamericana
作者:神与人
Sofonías (Sof)
Introducción Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3
Sofonías (Sof) Introducción
En el año 630, más o menos, la voz de Sofonías vino a romper el silencio después de sesenta años en que no se había oído la Palabra de Dios. Pues Isaías terminó su misión alrededor del año 690 y después los creyentes del país de Judá conocieron más de cincuenta años de persecución con el reinado de Manasés.
Sofonías habla para decir que la paciencia de Yavé no soporta más y que va a purificar a Jerusalén, destruyendo a su pueblo, que no confía en él.
Pero también Sofonías anuncia la voluntad de Yavé de formar un «pueblo de pobres» en medio de los cuales vivirá: Dios saltará de gozo y danzará con alegría por Jerusalén humilde y purificada.
Sofonías (Sof) Capítulo 1
1 Palabra de Yavé que fue dirigida a Sofonías, hijo de Cusi, hijo de Godolías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías cuando reinaba en Juda Josías, hijo de Amón.
2 Doy mi palabra, dice Yavé, que borraré cuanto existe en la faz de la tierra.
3 Acabaré con los hombres y los animales, con las aves del cielo y los peces del mar; arrancaré al hombre de la superficie de la tierra.
4 Levantaré mi mano para castigar a Judá y a todos los habitantes de Jerusalén; sacaré todo lo que queda de Baal y hasta el nombre de sus sacerdotes.
5 Echaré fuera además a los que se arrodillan en las terrazas para adorar las estrellas; a los que si bien adoran a Yavé, juran al mismo tiempo por Yavé y por Moloc;
6 a los que se separan de Yavé y dejan de seguirlo y no lo consultan.
7 ¡Reine el silencio delante del Señor Yavé, pues se acerca su día! Yavé ha preparado un sacrificio y ya ha consagrado a sus invitados.
8 He aquí lo que pasará el día del sacrificio de Yavé: «Yo pediré cuentas a los ministros, a los hijos del rey y a todos los que se visten a la moda extranjera.
9 También pediré cuentas a todos los que saltan por encima del umbral del Templo de su Señor sin pisarlo, y a los que lo llenan de violencia y de robos.»
10 Ese día, lo asegura Yavé, un tremendo clamor saldrá de la Puerta del Pescado; aullidos de la ciudad nueva, y un ruido espantoso de los cerros vecinos.
11 Griten, habitantes del barrio hundido, pues ha desaparecido toda esa gentuza de comerciantes, han sido eliminados todos los que contaban la plata.
12 Ese día andaré con antorchas, registrando Jerusalén para castigar a esos hombres que se quedan sentados en sus basuras y piensan: «¡Total, Yavé no hace ni bien ni mal!»
13 Pues bien, sus riquezas serán saqueadas; sus casas, demolidas ( ).
Día de ira, el día de Yavé
14 Se aproxima el gran día de Yavé, ya está cerca, ya llega corrriendo. El día de Yavé: su solo estruendo es una cosa amarga, y hasta el valiente grita de pavor.
15 Es un día de cólera aquel día, de angustia y de congoja; día de destrucción y de ruinas, de sombras y tinieblas; día de nubarrones y neblina,
16 día en que suena el clarín en lo alto de la muralla y da la alarma en todas las fortalezas.
17 Les mandaré a los hombres la congoja, y andarán como ciegos ( ). Su sangre será esparcida como el polvo y sus restos yacerán como basura.
18 Ni su oro ni su plata los lograrán salvar cuando estalle la cólera de Dios y consuma en el fuego de su celo al país de Judá y destruya sin dejar rastro siquiera a todos los que habitan esa tierra.

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Comentarios Sofonías, capítulo 1
1,14

Sofonías presenta en forma amenazante el día de Yavé. Los judíos hablaban de una venida de Yavé cada vez que le pedían una liberación: Yavé debía salvarlos de sus enemigos y permitirles seguir en su vida sin fe ni justicia. En cambio, el profeta sabe que Yavé realizará sus propios planes; su salvación no es lo que piensan los indiferentes, y empezará por destruir a los que no se conviertan.
Sofonías (Sof) Capítulo 2
1 ¡Júntense y amontónense, oh gente sin vergüenza,
2 para que puedan ser desparramados como un montón de paja por el viento cuando se precipite sobre ustedes el furor de Yavé, cuando llegue sobre ustedes el día de su enojo!
3 Busquen a Yavé todos ustedes, los humildes del país, que cumplen sus mandatos, practiquen la justicia y sean humildes y así, tal vez, encontrarán refugio el día del furor de Yavé.
Contra las naciones
4 Pues Gaza va a quedar convertida en un desierto, Ascalón va a ser totalmente abandonada; Asdod será despoblada en pleno mediodía, y Acarón será destruida hasta sus cimientos.
5 Ay de la nación de los quereteos que viven a orillas del mar, pues Yavé ha hablado para condenarlos: «Te haré desaparecer, Canaán, y tú, tierra de los filisteos, quedarás sin población.»
6 La región costera será en adelante pastizales; estos campos serán para los pastores, ahí no habrá más que corrales.
7 Esta región pertenecerá al resto de la tribu de Judá; allí llevarán a pastar sus rebaños y dormirán de noche en las casas de Ascalón. Pues Yavé, su Dios, se acordará de ellos y traerá de vuelta a sus cautivos.
8 He oído las injurias de Moab y las burlas de los amonitas, que insultaron a mi pueblo y se agrandaron a costa de mi territorio.
9 Por esto, lo juro por mi vida, dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, Moab quedará igual que Sodoma, y Amón, como Gomorra. La tierra será abandona a las ortigas, con canteras de sal, y será un desierto para siempre. Los que queden de mi pueblo se apoderarán de ellos; los sobrevivientes de mi nación los recibirán en herencia.
10 Esa será su suerte, en pago de su orgullo, pues insultaron al pueblo de Dios de los Ejércitos y se agrandaron a costa suya.
11 Yavé será su terror cuando venga a destronar a todos los dioses de la tierra y lo adoren, cada uno en su propio país, los que viven en las islas de los paganos.
12 «También sobre ustedes, etíopes, pende la amenaza de mi espada...»
13 Levantará su mano contra el norte y a Asur lo reducirá a escombros; dejará a Nínive totalmente despoblada, seca como un desierto.
14 En ella harán su refugio los rebaños y toda clase de animales y aun el pelícano y la garza pasarán la noche entre sus ruinas; la lechuza lanzará graznidos desde la ventana y el cuervo desde el umbral; los paneles de cedro habrán sido arrancados.
15 Ese será el fin de la ciudad alegre, que se sentía segura y que decía en su interior: «Yo y nadie más que yo.» ¿Y por qué, ahora no es más que un montón de ruinas donde se guarecen los animales? Todos los que pasan por allí silban, haciendo señas con la mano.
Sofonías (Sof) Capítulo 3
Contra Jerusalén
1 ¡Ay de la rebelde, de la manchada, de la ciudad opresora!
2 No ha escuchado el llamado, no ha aceptado la corrección, no ha puesto su confianza en Yavé ni se ha acercado a su Dios.
3 Sus reyes en medio de ella son como leones que rugen; sus gobernantes son como lobos nocturnos que no guardan ni un hueso para el día siguiente.
4 Sus profetas son unos charlatanes dispuestos para cualquier mentira; sus sacerdotes profanan las cosas santas y no respetan la Ley.
5 Sin embargo, en su interior está Yavé, el Justo, el que cada mañana dicta sus sentencias. El es fiel como la salida del sol, y nunca comete injusticia. Pero el injusto ni siquiera se siente avergonzado.
6 He borrado del mapa a las naciones, he demolido sus torres de defensa, he dejado sus calles solitarias, nadie pasa por ellas, sus ciudades han sido arrasadas y no se ve ni un hombre, ni un habitante siquiera.
7 Yo pensaba: «¡Si al menos tú me temieras y tomaras en cuenta mi reprensión, y no te olvidaras de todas las veces que te corregí.» Pero ellos, al contrario, se han apresurado a comportarse mucho peor aún.
8 Por esto, espérenme, les dice Yavé, para el día en que yo venga a acusarlos. Pues ya salió la sentencia: reuniré a las naciones y juntaré a los imperios para descargar sobre ustedes mi enojo, todo el ardor de mi ira, y todo el país será consumido por el fuego de mis celos.
9 Sí, yo daré a los pueblos labios puros para que todos puedan invocar el Nombre de Yavé y servirlo también con un mismo celo.
10 De más allá de los ríos de Etiopía mis fieles me traerán ofrendas.
Dios en medio de los humildes
11 Ese día ya no tendrás que avergonzarte de todas esas faltas que cometes contra mí, pues de en medio de ti yo arrancaré a aquellos que se jactan de su orgullo y tú no seguirás vanagloriándote de mi montaña santa.
12 Dejaré dentro de ti a un pueblo humilde y pobre, que buscará refugio sólo en el Nombre de Yavé. 13 Aquellos que queden de Israel no cometerán injusticias; no hablarán para engañar, ni se hallará falsedad en su boca.
13 Entonces serán como el rebaño que pasta y que descansa, y no habrá quién los perturbe.
14 ¡Grita de gozo, oh hija de Sión,
14 y que se oigan tus aclamaciones,
14 oh gente de Israel!
14 ¡Regocíjate y que tu corazón esté de fiesta,
14 hija de Jerusalén!
15 Pues Yavé ha cambiado su suerte,
15 ha alejado de ti a tus enemigos.
15 No tendrás que temer desgracia alguna,
15 pues en medio de ti está Yavé, rey de Israel.
16 Ese día le dirán a Jerusalén:
16 «¡No tengas ningún miedo,
16 ni te tiemblen las manos!
17 ¡Yavé, tu Dios, está en medio de ti
17 el héroe que te salva!
17 El saltará de gozo al verte a ti
17 y te renovará su amor.
17 Por ti danzará y lanzará gritos de alegría
17 como lo haces tú en el día de la Fiesta.»
18 Apartaré de ti ese mal con el que te amenacé, y ya no serás humillada.
19 Entonces eliminaré a todos tus opresores. Ese día salvaré a la oveja coja y llevaré al corral a la perdida, a ustedes les daré fama y honores en todos los países donde la humillación era su parte.
20 Ese día los traeré a este lugar y los reuniré para hacerlos famosos y respetados entre todos los pueblos de la tierra, cuando traiga de vuelta a los cautivos a la vista de ustedes, dice Yavé.

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Comentarios Sofonías, capítulo 3
3,11

Esta es la primera visión de un pueblo de Dios, pueblo de pobres.

Las destrucciones del día de Yavé dejarán en Sión un resto. Por primera vez se llama pobres a los que acogen a Dios. No se trata principalmente de ser pobre materialmente, sino de tener frente a Dios la actitud de los que no tienen nada y están dispuestos a recibirlo todo. La palabra pobreza indicaba el fracaso; ahora será la condición para buscar a Dios. Desde ese momento, la palabra «pobres de Yavé» designará a todos los que en Israel esperan encontrar a Dios. Hasta que el Evangelio, especialmente el de Lucas, proclame la felicidad de los pobres (ver Lc 6,20).

Yavé estará en Jerusalén para compartir con ellos su alegría. El Dios Santo ya no es una autoridad celosa de su prestigio, sino que se ha vuelto un joven enamorado; y él mismo abre las danzas.

Grita de gozo, ho hija de Sión; no tendrás que temer, pues en medio de ti está Yavé (14-16). En el Evangelio de Lucas las mismas palabras se dirigen a María en el día de la anunciación (Lc 1,28).