La Biblia Latinoamericana
作者:神与人
Malaquías (Mal)
Introducción Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3
Malaquías (Mal) Introducción
Poco después de Ageo y Zacarías, este profeta interviene para corregir varias costumbres malas de la comunidad. Por medio de Malaquías, Yavé discute con esos razonadores que le piden cuentas y no reconocen su amor.
Malaquías (Mal) Capítulo 1
1 Esta advertencia es la palabra que dirigió Yavé a Israel por medio de Malaquías.
1 Yo los he amado, dice Yavé.
2 Pero ustedes dicen: «¿En qué has demostrado ese cariño?» Por eso, les pregunta Yavé: ¿No era Esaú hermano de Jacob?
3 Pues bien, yo le tuve cariño a Jacob, pero le tomé odio a Esaú; si no, miren cómo dejé sus montañas desoladas y abandoné sus tierras a los chacales del desierto.
4 Si Edom afirma que empezará a reconstruir sus ruinas, a pesar de haber sido destruidas, Yavé de los Ejércitos les advierte: «¿Qué sacan con reconstruir, si yo se lo demoleré? A ustedes los llamarán “país maldito” y “nación con la que Yavé se ha disgustado para siempre».”
5 Con sus propios ojos podrán ustedes comprobar esto; entonces exclamarán: «El poder de Yavé traspasa las fronteras de Israel.»
¿Por qué me faltan al respeto?
6 El hijo honra a su padre; el servidor respeta a su patrón. Pero si yo soy padre, ¿dónde está la honra que se me debe? O si yo soy su patrón, ¿dónde el respeto a mi persona? Esto es lo que Yavé de los Ejércitos quiere saber de ustedes, sacerdotes que desprecian su Nombre. Ustedes dirán: «¿En qué hemos menospreciado tu Nombre?»
7 Miren, ustedes presentan sobre mi altar alimentos impuros.
7 Ustedes seguramente replicarán: «¿En qué te hemos profanado?» Lo han hecho cuando han pensado que la mesa de Yavé no merece respeto.
8 Cuando ustedes traen para sacrificarla una bestia ciega, o cuando presentan una coja o enferma, ¿creen que actúan bien? Llévasela al gobernador a ver si queda contento o si te recibe bien, dice Yavé de los ejércitos.
9 Así es como ustedes piden a Dios sus favores. Pero, ¿creen ustedes que los atenderá?
10 ¿Quién de ustedes cerrará las puertas del templo para que no vengan más ustedes a encender mi altar inútilmente? Pues ustedes ahora sólo me molestan, les dice Yavé de los Ejércitos, y me desagradan totalmente sus ofrendas.
11 Desde donde sale el sol hasta el ocaso, en cambio, todas las naciones me respetan y en todo el mundo se ofrece a mi Nombre tanto el humo del incienso como una ofrenda pura. Porque mi Nombre es grande en las mismas naciones paganas, dice Yavé de los ejércitos.
12 Ustedes, mientras tanto, profanan mi Nombre cuando dicen: «La mesa del Señor está sucia y su comida no es muy rica.»
13 Y me desprecian cada vez que dicen: «¡Qué lata!», palabra de Yavé. Ustedes toman para ofrecérmelo en sacrificio un animal robado, cojo o apestado. ¿Creen que les voy a aceptar eso?
14 Maldito sea el tramposo que, teniendo en su rebaño un toro, luego de prometérmelo, me sacrifica una bestia raquítica. Porque el Rey grande soy yo, y mi Nombre será respetado en todas las naciones, dice Yavé de los Ejércitos.

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Comentarios Malaquías, capítulo 1
1,1

Pecado de los que ofrecen a Dios lo que les sobra.

Desde donde sale el sol...(11) Malaquías observa que, si los judíos son el pueblo de Dios, no pueden hacer menos que otros pueblos que, a su manera, adoran a Dios, con sinceridad, a pesar de que no conocieron su revelación.

Este párrafo es uno de los pocos textos de la Biblia en que Dios manifiesta claramente que todos los pueblos, cualquiera que sea su religión, le sirven y pueden agradarle. Es un hecho que los autores sagrados no eran unos teóricos. Contestaban inquietudes concretas del pueblo elegido por Dios, y debido a que éste bien poco se preocupaba por la salvación de los otros, la Biblia no habla al respecto. Solamente en los tiempos modernos la mayor madurez de los pueblos nos ha llevado a preguntarnos sobre cómo Dios salva a todos los hombres en los diversos caminos que se les ofrecen, en su tiempo y en su cultura.. ¿Cuál es la ventaja de ser cristiano? ¿Cuál es nuestra misión propia como cristianos? Estas son cuestiones arduas y que siguen dividiendo a los cristianos: ver la Introducción a Jonás.
Malaquías (Mal) Capítulo 2
Amenazas a los sacerdotes
1 Para ustedes, sacerdotes, es también esta advertencia. Si no la escuchan ni se preocupan de glorificar mi nombre, dice Yavé de los Ejércitos, les lanzaré la maldición y maldeciré también sus bendiciones.
2 Ya las he maldecido, porque ninguno de ustedes toma su oficio en serio.
3 Voy a quebrarles el brazo; les tiraré a la cara lo que recogeré detrás de los animales que me sacrifican, y los barreré junto con ello.
4 Y comprobarán que yo he sido quien les hizo esta advertencia para restaurar mi alianza con Leví, declara Yavé de los Ejércitos.
5 En mi alianza con él se hablaba de vida y de paz, y se las concedí; se hablaba también de respeto y él me respetó y reverenció mi Nombre.
6 El levita enseñaba la verdadera doctrina y nada perverso salía de sus labios; me servía, traía paz y justicia y apartaba a muchos del mal.
7 Porque los labios del sacerdote guardan el conocimiento y en su boca se debe encontrar la ley, pues es el mensajero de Yavé de los ejércitos.
8 Pero ustedes se han desviado del camino, dice Yavé de los ejércitos, y han hecho que muchos tropiecen en cosas de la Ley.
9 Por eso, yo permití que todo el pueblo los despreciara y los considerara indignos, debido a que ustedes se separaron de mí y dieron fallos para cada cual según a ustedes les convenía.
10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado a todos un mismo Dios? ¿Por qué, entonces, cada uno se aprovecha de su hermano, profanando la alianza de nuestros padres?
11 Judá ha cometido una traición, una cosa vergonzosa se ha hecho en Jerusalén: Judá ha profanado el santuario preferido de Yavé, casándose con la hija de un dios extranjero.
12 ¡Que Yavé arranque de las tiendas de Jacob al que haga esto, que no haya nadie que lo defienda en los tribunales ni nadie que presente por él una ofrenda a Yavé!
Respeto al matrimonio
13 Ustedes cometen otra falta: como Yavé se niega a mirar sus ofrendas y no quiere recibírselas, ustedes se ponen a llorar y a gemir cubriendo con lágrimas el altar.
14 Y luego se preguntan: «¿Por qué será?»
14 Porque Yavé ha visto cómo tú traicionas a la esposa que tomaste cuando joven. Ella ha sido tu compañera y con esta mujer te habías comprometido.
15 ¿No ha hecho Dios, de ambos, un solo ser que tiene carne y respira? Y este ser único, ¿qué busca sino una familia dada por Dios? No traiciones, pues, a la mujer de tu juventud.
16 Odio el divorcio, dice Yavé, Dios de Israel, y al que hace el mal sin manifestar vergüenza. Tengan, pues, mucho cuidado y no cometan tal traición.
17 Ustedes aburren a Yavé con sus discursos y todavía dicen: «¿En qué le hemos molestado?» Ustedes lo molestan cuando afirman que Yavé mira complacido a cuantos actúan mal, ya que les va bien en todo, o cuando se preguntan: «¿Dónde estará el Dios que hace justicia?»

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Comentarios Malaquías, capítulo 2
2,1

Pecado de los sacerdotes que no saben enseñar la Ley como era su deber hacerlo. Si no quieren enseñar al pueblo de Dios sus deberes, Dios no dejará que sigan con sus ceremonias.

Judá casándose con... (11). es decir que el pueblo entero reverencia, junto a Yavé, una divinidad cananea.
2,13

Pecado de los que despiden a su esposa. La Ley y las costumbres permitían divorciarse con determinadas garantías para la esposa. Sin embargo, Malaquías dice lo que Jesús enseñará con toda su autoridad en Mateo 19,1: la voluntad de Dios sobre el matrimonio es que los dos permanezcan unidos como un solo ser. El que traiciona a su compañera no puede encontrar a Dios.
Malaquías (Mal) Capítulo 3
Envío delante de mí a mi mensajero
1 Estoy para enviar a mi mensajero, al que despejará el camino delante de mí; pues pronto entrará en su santuario el Señor que ustedes piden. Fíjense que ya llega el mensajero de la alianza que ustedes tanto desean, dice Yavé de los ejércitos.
2 ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando aparezca? Pues él es como el fuego de una fundición y como la lejía que se usa para blanquear.
3 Purificará a los hijos de Leví y los refinará como se hace con la plata. Como el oro y la plata, volverán a ser auténticos y dignos de ofrecer a Yavé la ofrenda como es debido.
4 Entonces Yavé aceptará con gusto la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como ocurría antiguamente, en épocas pasadas.
5 Cuando venga a ustedes para hacer justicia, exigiré un castigo inmediato para los hechiceros y los adúlteros, para los que hacen falsos juramentos, para los que abusan del asalariado, de la viuda y del huérfano, para los que no respetan los derechos del extranjero.
6 Porque yo, Yavé, en nada he cambiado; igual que ustedes, hijos de Jacob que todavía no terminan...
7 En efecto, desde los tiempos de sus antepasados, ustedes se han apartado de mis ordenanzas y no las han practicado. Vuelvan a mí y yo volveré a ustedes, dice Yavé de los ejércitos. Pero ustedes preguntan: «¿Por qué tenemos que volver?»
8 ¿Puede acaso un hombre engañar a Dios? Pero ustedes me están engañando. Ustedes dirán: «¿En qué cosa te hemos engañado?» Pues, con los diezmos y tributos sagrados.
9 Por eso los maldigo, a todos ustedes israelitas, que son unos tramposos.
10 Entreguen, pues, la décima parte de todo lo que tienen al tesoro del templo, para que haya alimentos en mi casa. Traten después de probarme, dice Yavé de los ejércitos, para ver si les abro las compuertas del cielo o si derramo para ustedes la lluvia bendita hasta la última gota.
11 Yo espantaré a la langosta para que no devore sus campos ni se seque la viña de su propiedad, dice Yavé de los ejércitos.
12 Entonces vendrán a felicitarlos todas las naciones, porque su país será un paraíso.
13 Ustedes se expresan de mí muy duramente, dice Yavé, a pesar de que tratan de excusarse de que nada malo han dicho de mí.
14 Pues ustedes dicen que es tontería servir a Dios y que nada se gana con observar sus mandamientos o con llevar una vida austera en su presencia.
15 Por eso, ahora, ustedes llaman felices a los que no tienen religión, pues los que actúan mal tienen éxito en todo, e incluso si provocan a Dios, no les pasa nada.»
16 Así hablaban entre sí los que respetan a Yavé. Yavé, que estaba escuchando, lo supo, y mandó en seguida que en un libro se anotaran los nombres de aquellos que lo respetaban y reverenciaban su Nombre.
17 Ellos serán mis preferidos, dice Yavé de los ejércitos, el día en que yo actúe. Y los premiaré como hace un padre con su hijo obediente.
18 Entonces ustedes verán cómo se trata al bueno y al malo, al que sirve a Dios y al que no lo sirve.
19 Porque ya llega el día, ardiente como un horno. Todos los orgullosos y los que hacen el mal serán quemados como paja por el fuego de ese día. No quedarán de ellos ni ramas ni raíces.
20 Pero, en cambio, para ustedes que respetan mi Nombre, brillará el sol de justicia, que traerá en sus rayos la salud; ustedes saldrán saltando como terneros cebados.
21 En el día que estoy preparando, pisotearán a los malvados, que serán como ceniza esparcida en el camino de ustedes, dice Yavé.
Pronto les enviaré a Elías
22 «Acuérdense de la ley de Moisés, mi servidor, a quien entregué en el Cerro Horeb leyes y ordenanzas para todo Israel.
23 Les voy a enviar al profeta Elías antes que llegue el día de Yavé, que será grande y temible.
24 El reconciliará a los padres con los hijos y a éstos con sus padres, para que, cuando yo llegue, no tenga que maldecir a este país.»

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Comentarios Malaquías, capítulo 3
3,1

Estoy para enviar a mi mensajero. A los que se quejan de que Dios no manifiesta su justicia ni premia bastante a los que lo sirven, Malaquías contesta afirmando que pronto vendrá el Señor. Y anuncia que la venida de un mensajero de Dios, encargado de prepararle el camino, será una señal de su inminente llegada. Los párrafos 3,1-2 y 4,22-24, que se completan, apuntan a Juan Bautista. El Evangelio los recordará en Lucas 1,16; 7,27; Juan 3,21. (ver también Mc 9,9).
3,6

Sigue la discusión con los que esperan favores materiales como recompensa por su devoción y desean que se les premie por no haber hecho el mal. Dios acepta dialogar aun con tales creyentes, y por boca de Malaquías les habla el lenguaje que pueden entender: si hacen el bien, algún día verán el Sol de justicia, saltarán como novillos y pisotearán a los malvados.