El destino del hombre.—Dios hizo el universo para desplegar en él sus riquezas; pero el mundo no está acabado hasta que Dios no haya visitado al hombre, y hasta que no haya nacido el Hombre nuevo, hijo de Dios.
1 Del Señor es la tierra y lo que contiene,
el mundo y todos sus habitantes;
2 pues él la edifició sobre los mares,
y la puso más arriba que las aguas.
3 ¿Quién subirá a la montaña del Señor?
¿Quién estará de pie en su santo recinto?
4 El de manos limpias y de puro corazón,
el que no pone su alma en cosas vanas
ni jura con engaño.
5 Ese obtendrá la bendición del Señor
y la aprobación de Dios, su salvador.
6 Así es la raza de los que Le buscan,
de los que buscan tu rostro, ¡Dios de Jacob!
7 ¡Ea puertas, levanten sus dinteles,
elévense, portones eternos,
y que pase el Rey de la gloria!
8 ¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor, valiente en la batalla.
9 ¡Puertas, levanten sus dinteles,
elévense, portones eternos
y que pase el Rey de la gloria!
10 ¿Quién es ese Rey de la gloria?
Es Yahvé, Dios de los Ejércitos,
él es el Rey de la Gloria.