Mi Dios ama las puertas de Sión.—El salmista recuerda que Dios ha elegido a Jerusalén-Sión, o sea a la Iglesia, como capital de su pueblo y madre de todas las naciones.
1 La ciudad que fundó en los montes santos,
2 las puertas de Sión, ama el Señor
más que todas las moradas de Jacob.
3 De ti se dicen cosas admirables,
ciudad de Dios.
4 Hablamos entre amigos de Egipto y Babilonia,
luego, de Tiro, Filistea y Etiopía:
tal y cual han nacido aquí o allá.
5 Mas de Sión se dirá: «Es la madre,
porque en ella todos han nacido
y quien la fundó es el Altísimo».
6 El Señor inscribe a los pueblos en el registro:
«Este en ella nació, éste también».
7 Mientras tanto en ti todos se alegran
con cantos y con bailes.