¡Aleluya!—Una vez más: ¡Alaben al Señor! Las personas más sencillas nunca se cansan de alabarlo. ¿No será que algo anda mal cuando tenemos la seguridad de todo y cuando nuestra vista se deleita constantemente con las maravillas que nos hemos fabricado?
1 ¡Aleluya!
Alaben al Señor desde los cielos,
alábenlo en las alturas,
2 alábenlo todos sus ángeles,
alábenlo todos sus ejércitos.
3 Alábenlo el sol y la luna,
alábenlo todos los astros de luz;
4 alábenlo cielos de los cielos
y las aguas por encima de los cielos.
5 Alaben el nombre del Señor,
pues lo ordenó y fueron creados;
6 los puso por los siglos de los siglos
bajo una ley que nunca cambiará.
7 Alaben al Señor desde la tierra,
monstruos del mar y todos sus abismos,
8 fuego y granizo, nieve y neblina,
huracán que ejecuta su palabra,
9-10 las montañas y todas las colinas,
árboles frutales y todos los cedros,
animales salvajes y domésticos,
reptiles y aves que vuelan,
11 reyes de la tierra, todas las naciones,
príncipes y los que gobiernan la tierra,
12 jóvenes y muchachas,
ancianos con los niños.
13 Alaben el nombre del Señor
pues su Nombre es el único sublime,
su majestad excede tierra y cielo.
14 Levantó la cornamenta de su pueblo,
causa de orgullo para todos sus amigos,
para Israel, el pueblo que a él se acerca.